El diseño de una terraza no se reduce únicamente a escoger muebles cómodos o a crear un rincón verde con plantas. El suelo, muchas veces relegado a un segundo plano, es el que define la durabilidad y el estilo del espacio. Eso sí, a la hora de elegir entre distintos tipos de cerámicas, no basta con fijarse en el estilo: el clima, la exposición al sol, la humedad y hasta el tipo de actividades que se realizarán en la terraza condicionan la decisión.
Del mismo modo, los juegos de terraza deben dialogar con el material del piso, ya que no es lo mismo colocar un set liviano de aluminio sobre un porcelanato pulido que instalar un comedor sólido de madera sobre cerámica antideslizante.
Estilos que marcan tendencia en Latinoamérica
En países como México o Colombia, donde la cultura del exterior es parte de la vida diaria, las terrazas suelen apostar por cerámicas con diseños cálidos y coloridos, muchas veces inspirados en motivos artesanales. En cambio, en Argentina o Uruguay, se prefieren tonos neutros y superficies que simulan piedra natural, priorizando la armonía con el interior del hogar.
En el caso de Chile, la diversidad del clima hace que cada región demande soluciones diferentes: mientras el norte es árido, el centro presenta estaciones diferenciadas y el sur es lluvioso, razón por la cual el mercado ofrece tantas opciones de acabados y formatos.
Cerámica para zonas secas y soleadas
En regiones como el norte chileno, donde el sol golpea con fuerza y la lluvia es escasa, las terrazas requieren pisos capaces de resistir altas temperaturas y radiación constante. Las cerámicas de tonos claros, que reflejan la luz y mantienen la superficie más fresca, son la mejor opción para este tipo de entornos.
En cuanto a su terminación, los acabados mates ayudan a evitar el deslumbramiento, algo que puede ser incómodo en zonas abiertas y despejadas. Otro estilo que se ha exportado desde países como Perú o Bolivia es la incorporación de cerámicas que imitan la piedra andina, que aportan un toque más natural al espacio.
El desafío del clima mediterráneo en la zona central
Santiago y gran parte de la zona central de Chile viven un clima con estaciones bien diferenciadas: veranos secos e inviernos fríos y húmedos. Por ende, la elección de cerámicas debe partir de un aspecto básico: la resistencia a los cambios bruscos de temperatura.
El porcelanato, con baja absorción de agua y gran durabilidad, es la primera opción a considerar. Muchos optan por estilos que replican la madera, ya que aportan calidez visual sin los problemas de mantenimiento que supone un entablado natural expuesto al exterior.
Soluciones para el sur lluvioso
En regiones como Valdivia o Puerto Montt, las terrazas conviven con humedad permanente y lluvias frecuentes, por lo que no basta con elegir una cerámica resistente: el acabado debe ser antideslizante para evitar accidentes.
Los formatos grandes, con juntas mínimas, ayudan a reducir filtraciones y facilitan la limpieza en ambientes donde el musgo y la suciedad pueden acumularse rápidamente. La inspiración suele provenir de países como Costa Rica o Panamá, donde la lluvia es parte del día a día y los espacios exteriores se diseñan con materiales que priorizan la seguridad y la resistencia.