BARCELONA (La tarde) – Los votantes catalanes acudieron a las urnas el domingo (14 de febrero) para unas elecciones que pondrán a prueba la fuerza del movimiento independentista de la región española en una era ahora dominada por la pandemia de coronavirus.
Ya sea que ganen las elecciones los partidos separatistas que ahora están en el poder en la región o los socialistas que dirigen el gobierno central de España, es poco probable que conduzca a una repetición de la caótica y efímera declaración de independencia de finales de 2017.
Pero seguirá siendo una señal importante del atractivo de los separatistas y podría afectar la trayectoria política del movimiento independentista en los próximos años. Las encuestas de opinión apuntan a una baja participación, con votantes preocupados por el riesgo de contagio en los colegios electorales.
En las últimas elecciones, celebradas meses después del fallido intento de independencia, un partido centrista antiindependencia ocupó el primer lugar, pero los dos principales partidos separatistas rivales, el centroderecha Junts y el izquierdista República Catalana Izquierda, se codearon para formar un Gobierno.
Las tensiones han disminuido sustancialmente desde entonces y la campaña se ha centrado en gran medida en cómo lidiar con la pandemia.
Encuestas de opinión recientes han demostrado que los socialistas, que se oponen a la independencia, pero están a favor del diálogo, un poco por delante, aunque necesitaban el apoyo de otros partidos para formar el primer gobierno regional antiindependencia en nueve años.
“Es hora de reconciliarnos, tender puentes, dialogar y buscar acuerdos dentro de Cataluña”, dijo a Reuters el candidato socialista Salvador Illa, ministro de Salud de España hasta hace dos semanas.
Descartó gobernar con el apoyo de la ultraderecha Vox, que podría ganar escaños en Cataluña por primera vez.
Si los separatistas logran mantener el control, una nueva declaración de independencia parece muy poco probable, ya que el movimiento se divide entre enfoques moderados y confrontativos y sus principales líderes son arrestados o huyen de España después de los eventos de 2017.
“Siempre hemos sostenido que es mejor tener un referéndum con España”, dijo a Reuters Pere Aragones, candidato de Esquerra y jefe de gobierno catalán en funciones.
Dijo que obtener una participación combinada del 50 por ciento permitiría a los separatistas impulsar un referéndum desde una posición de fuerza, pero descartó cualquier movimiento de independencia unilateral en el corto plazo.