La poscuarentena no será sencilla, ni pasará tan rápido como deseamos, pues al tiempo no lo podemos apresurar; y se ha evidenciado que la vida y la salud debemos cuidar. También es una realidad en todo el mundo que durante la cuarentena horneamos, cocinamos y gozamos una convivencia familiar muy singular. Pero ya es tiempo de ir saliendo de a poco del aislamiento; y qué mejor manera que haciendo una cena ligera que nos prepara para la poscuarentena.
Por el aislamiento muchos nos dimos el gustazo de preparar las recetas de la abuela, poner a prueba nuestra creatividad y adaptación al cocinar con lo que había a mano, consentir a los chicos con sus comidas preferidas y también hacer una que otra locura con la dieta diaria. Pero ya es el momento de pasar a otra etapa; y como el covid-19 no sólo afectó nuestra rutina sino también nuestra economía, hoy venimos en tu auxilio con la propuesta de una cena muy ligera y con ingredientes muy económicos.
Así que sigue leyendo y deseamos que esta práctica, nutritiva y económica receta active toda tu creatividad y buen gusto; para aportar a tu familia esas energías extras y sabiduría práctica que todos necesitaremos para enfrentar esta nueva etapa poscuarentena. Y como ya hemos comprobado que la mayoría de las cosas se pueden solucionar mejor luego de una rica comida, no subestimes este vital recurso que posees.
Cena ligera para ir saliendo de la cuarentena
La dificultad culinaria de esta cena ligera para ir saliendo de la cuarentena es casi inexistente. Lo que sí aporta es muchas vitaminas y energías, a la par que muy pocas calorías; visualmente es muy atractiva y muy económica, justo lo que necesitamos en esta etapa poscuarentena. Ahora, toma nota del paso a paso y comienza esta nueva época usando cada habilidad aprendida o más desarrollada.
Zoodles de calabacín y vinagreta de sésamo, una cena ligera perfecta
Una receta que te permite versatilidad infinita porque puedes usar otros tipos de vegetales que aportan al cuerpo hidratos de carbonos más saludables que el proveniente de las harinas, sin sacrificar para nada el paladar.
Ingredientes
- 1 calabacín grande o 2 pequeños
- 2 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- 10ml de mostaza de Dijon
- 5ml de vinagre de manzana o Jerez
- 5ml de zumo de limón –exprimido al instante de usarlo-
- 20ml de tahini
- Sal y pimienta recién molida
- Orégano seco o fresco
- Semillas de sésamo ligeramente tostadas
Opcionales o al gusto
Un poco de miel y otro tanto de queso manchego semicurado rallado.
Preparación
Lava y seca el calabacín, si posees un espiralizador, fenomenal; si no, no te hagas un lío y usa la mandolina, algún cortador o simplemente un cuchillo para sacar del calabacín láminas muy finas. Evita llegar hasta el centro para no incluir las semillas. Puedes reservar esas partes para hacer una crema-
Seguidamente, coloca los zoodles de calabacín sobre un colador, añádeles un poco de sal y remuévelos. Déjalos así 15 minutos para que drenen. En un bol incorpora aceite, mostaza, vinagre, limón, tahini, orégano y la miel –si deseas- y bate hasta integrar; rectifica la sazón y ajusta a tu gusto.
Maja los ajos hasta obtener una pasta, agrégalos en una sartén con un poco de aceite de oliva y dora a fuego medio evitando que se queme. Agrega a la sartén un poco de las semillas de sésamo previamente tostadas y remueve.
Escurre con delicadeza los zoodles y añádelos también, salpimenta y cocina 1 minuto removiendo ligera y suavemente para integrar todo. Sube la llama al máximo, agrega un poco de vinagreta y saltea 2 o 3 minutos, o más si te gusta más hecho.
Sirve de inmediato, pon más vinagreta, espolvorea con queso manchego -si deseas- y semillas tostadas de ajonjolí.