Al momento de hacer un negocio, la primera pregunta que viene a la mente es: ¿Qué será mejor: ser una empresa o autónomo? Desde luego que la incertidumbre es válida, especialmente cuando se profundiza sobre la creación de una empresa y todo lo que conlleva como el aprendizaje con libros de empresa, marketing, capital monetario, infraestructuras, entre otros detalles.
Debido a la importancia que tiene el descubrir qué elección es la más acertada de acuerdo a las capacidades y herramientas que se tienen al momento presente, hoy nos dedicaremos a ahondar acerca de las ventajas, beneficios y requerimientos que se precisan para comenzar el negocio soñado.
Empresa o autónomo ¿de qué se trata?
La elección sobre qué tipo de negocio emprender, comienza desde el mismo momento que se analizan los recursos que se tienen a la mano para iniciar la empresa. Por consiguiente, el primer paso es conocer de qué se trata ser una empresa o autónomo, y podemos definirlos de la siguiente manera:
Empresario societario
Se trata de la sociedad con una o más personas que tiene como fin en común establecer una compañía en donde todos los integrantes obtengan ganancias. Además, las responsabilidades económicas, legales y administrativas serán por iguales, a menos que exista una cláusula en donde alguno de los socios quede exento de algún compromiso.
Asimismo, para efectuar una empresa con socios, será necesario contar con un capital inicial que hoy en día se encuentra en tres mil euros; adicionalmente, se debe cumplir una serie de requisitos legales para la formación de la sociedad.
Empresario autónomo
Se define como la persona que decide crear una empresa de manera independiente, lo que significa que no tendrá socios para repartir ganancias u obligaciones legales, económicas o administrativas. Por otra parte, para la creación de una empresa autónoma no se requiere un capital inicial, de manera que, se puede efectuar con los recursos que la persona cuente.
De modo que si se realiza una sociedad, los deberes legales y administrativos serán muchos mayores y más complejos que realizar una empresa independiente. Por esos motivos, es imprescindible conocer aún más ¡Continúa leyendo!
Requerimientos legales: una enorme diferencia
Es indudable que la enorme diferencia entre ser una empresa o autónomo radica en los requerimientos legales porque, en caso de elegir ser empresario independiente, solo es necesario darse de alta en hacienda y seguridad social. No obstante, existen excepciones como los ciudadanos médicos, abogados, instaladores, entre otros, que precisaran una licencia. En cambio, si la elección es crear una sociedad, las exigencias legales son las siguientes:
- Alta de hacienda y seguridad social.
- Hacer el registro de la sociedad limitada en el Registro Mercantil.
- Redacción de los estatutos, incluyendo la intervención de un notario para formalizar la constitución de la sociedad limitada.
- Justificante de modelo de impuestos de transmisiones y actos jurídicos documentados.
- Presentación e inscripción de la empresa en el Registro Mercantil.
Aunado al papeleo legal, se incluyen los precios a cancelar, lo que significa que al realizar una sociedad se gasta más dinero debido al pago de los honorarios del notario y los demás aranceles. Sin embargo, crear una compañía autónoma es realmente económico porque darse de alta en hacienda no sobrelleva grandes sumas monetarias.
¿Cuándo es mejor ser societario o autónomo?
Podemos destacar que la decisión de ser societario o autónomo es netamente personal, sin embargo, puedes evaluar factores de costos de gestión, aportaciones económicas, responsabilidades e impuestos comerciales, para darnos cuenta de que, llevar a cabo el trabajo como autónomo podría ser más difícil porque se tienen menos beneficios.
Ahora bien, si lo que quieres saber es cuándo es el momento ideal para ser societario, entonces para eso sí tenemos una respuesta mucho más precisa. Hay varias condiciones que te ayudarán a tomar la decisión, por ejemplo: si quieres trabajar con grandes empresas o tener financiaciones, proteger tu patrimonio personal ante las posibles deudas, y superar tus ingresos anuales con inversiones fructíferas. Si estás bajo esas tres condiciones, entonces es mejor que consideres ser societario y goces de todos los beneficios que trae, sin duda, los ingresos se multiplicarán.