Hay diversos errores que son usuales cuando se realiza una reforma en la cocina. Esto supone algo de mucha gravedad, ya que una vez finalizadas las obras y los trabajos no se pueden enmendar. De allí, la relevancia de contar y contratar empresas especializadas en esta área y que tengan experiencia comprobada.
Las empresas de construcción como Rehabilitaciones Varillas tienen experiencia en reformas de cocina. No solo realizan su trabajo muy bien, sino que brindan la asesoría necesaria para evitar futuras inconveniencias y sacar el máximo provecho, tanto al espacio como a la inversión económica.
Para tener una cocina sin errores se deben tomar en cuenta los siguientes consejos:
Ser específico sobre las verdaderas necesidades
Lo mejor es tomar lápiz y papel y hacer una lista de los requisitos reales que deben satisfacer la necesidades en la nueva cocina.
A menudo nos dejamos llevar por las tendencias que vemos en revistas o internet y tomamos decisiones acerca de elementos y cosas que realmente no necesitamos. Cuando se planifica una reforma de la cocina, si esa tentación de imitar tendencias no es bien canalizada, pudiera dejar por fuera las verdaderas necesidades por las que solicitamos este tipo de obras.
La cantidad de personas que van a utilizar la cocina, así como la selección de los electrodomésticos en torno a su funcionalidad, si habrá espacio para comer o sitios para almacenar son las consideraciones que hay que tener presentes y como prioridad.
Comodidad ante todo
Es importante tener en cuenta al rediseñar una cocina que no es necesario llenar todo el espacio con armarios o accesorios.
El número de utensilios de una cocina no aumenta su practicidad. Hay que comprar los artículos que realmente se van a utilizar y desechar el resto. Al final, siempre se acaba guardando en el mismo armario todo lo que no se utiliza habitualmente.
Para ordenar todos los componentes, se debe distribuir el espacio que se tiene de forma inteligente y lógica. Todos los utensilios de cocina deben guardarse en un lugar específico, no hay que dejar los cubiertos o las sartenes a la vista y suponer que el polvo no se posará en ellos.
Determinar los ambientes y zonas de trabajo
Los espacios de la nueva cocina deben ser optimizados. Por lo que hay que distinguir tres áreas específicas:
Lugar para almacenar: se trata de frigoríficos, armarios altos y bajos y cajones. Si se disfruta de estar en la cocina preparando recetas habrá que tener a mano utensilios como cacerolas, sartenes y cubiertos, pero también los ingredientes para ello. Saber todo lo que se tiene y dónde se quiere guardar ayuda a planificar el almacenamiento.
Los armarios de cocina tienen reglas y especificaciones, pero se adaptan constantemente a las exigencias. Aun así, nunca es buena idea pasarse (ni demasiados utensilios ni demasiados armarios). Debe quedar espacio para caminar libremente.
Zona de limpieza y preparación de alimentos: es un espacio que incluye el fregadero para lavar los platos y un lugar para apoyar todo cuando se esté cocinando o picando ingredientes.
Es donde se realiza el “trabajo previo” para completar o cocinar cualquier plato. Es crucial que esta zona esté conectada con la de almacenamiento y la de cocción.
Zona de cocción: es donde se cocina, donde están las estufas o la placa de inducción y se colocan a cocer las ollas y cacerolas. Puede ser a gas, eléctrica o vitrocerámica. Es allí donde está el alma de la estancia.
Hacer y seguir un presupuesto
Cuando se trabaja en un proyecto de renovación, a menudo no se tiene en cuenta el presupuesto y, en cambio, la preocupación se enfoca en el diseño, los materiales y el mobiliario.
Si no se establece un tope en el presupuesto a destinar es fácil que el presupuesto aumente considerablemente. Además, siempre hay que considerar una pequeña cantidad de dinero de entre 10 o 15% para gastos imprevistos.
Elegir los materiales adecuados
En consonancia con el punto anterior, la selección de los materiales adecuados para una reforma de cocina es crucial porque hay numerosas marcas, variedades y calidades disponibles.
Es preferible gastar un poco más por la calidad. Elegir materiales resistentes a las manchas y a la suciedad como la cerámica, el cristal, la piedra y el acero inoxidable para las zonas cercanas al agua y al fuego es lo recomendable.