A lo largo de las últimas décadas, la tecnología se ha convertido en uno de los grandes retos del futuro, influyendo directamente en todos los sectores y obligando a los países a adaptarse a una nueva realidad tanto social como económica. Además, los pronósticos de futuro empujan a pensar en una interacción cada vez mayor con la tecnología, por lo que las regiones mejor posicionadas tendrán más oportunidades de crecimiento.
En este contexto, la situación de España es bastante privilegiada, ya que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sitúa a nuestro país como el 21 mejor preparado para las tecnologÃas del futuro. Esto demuestra la efectividad de una serie de estrategias público-privadas que llevan desarrollándose varios años, con la intención de adaptar la matriz productiva del país a los nuevos modelos de mercado digitales.
Por otro lado, esta planificación engloba también una mirada hacia el futuro, con las metas más inmediatas centradas en 2025. Para esa fecha se espera que haya varios factores novedosos a nivel tecnológico, destacando especialmente la implementación de las redes 5G, la conducción autónoma o el paso de la Realidad Virtual a la Realidad Extendida.
La tecnología influye directamente en todos los sectores
Si prestamos atención a las nuevas redes de telecomunicaciones, podemos apreciar que el 5G se ha convertido en una herramienta fundamental en estos últimos meses. Por supuesto, todavía queda mucha progresión por delante, pero la implementación de esta tecnología está siendo rápida y ya puede ser empleada por la mayoría de la población. Eso sí, sus ventajas no han sido explotadas del todo, debido a que esta velocidad de conexión y de descarga de datos permite mejoras en todos los campos.
“iPhone” (CC BY 2.0) by GONZALO BAEZA
En cuanto a la conducción autónoma, merece la pena destacar que se espera que sea una de las grandes revoluciones de la próxima década. De hecho, hay muchas compañías invirtiendo en este fenómeno y los resultados están siendo muy positivos, algo que tendrá una repercusión directa a la hora de entender las ciudades, afrontar los retos climáticos o optimizar el transporte de personas y mercancías.
Esta influencia directa de la tecnología en la concepción de las grandes ciudades no es nueva, sino que lleva varios años desarrollándose en países pioneros en este campo como puede ser Singapur. Así, aspectos como la inteligencia artificial o la digitalización están transformando la industria inmobiliaria del país, optimizando los recursos y permitiendo concebir nuevas formas de construir.
Finalmente, la Realidad Extendida es otro de los grandes fenómenos de los próximos años, ya que se trata de una evolución muy avanzada de la Realidad Virtual. Actualmente, las plataformas de streaming o las escape rooms ya han empezado a emplear este tipo de tecnología en España, consiguiendo una experiencia mucho más inmersiva para los usuarios. Sin embargo, todavía tiene mucha proyección por delante en otros sectores como el casino online, donde sus juegos en vivo ya nos permiten interactuar con un crupier real y otros jugadores en directo.
Unos pronósticos de futuro muy favorables a corto plazo
Finalmente, debemos destacar que estos pronósticos para 2025 se traducen en una proyección económica muy optimista a corto plazo en España, ya que se espera que nuestro país supere los 45 mil millones de euros en gasto tecnológico a lo largo de estos meses. Así, esta cifra seguirá aumentando durante los próximos años, debido a que existe cada vez una mayor demanda de velocidad, calidad o inmediatez.
Por consiguiente, no hay ninguna duda de que España está muy bien posicionada para las tecnologías del futuro, algo que supone una ventaja competitiva respecto a otros países del entorno. Aun así, estamos ante un panorama que cambia con rapidez, por lo que es imprescindible seguir desarrollando iniciativas públicas que impulsen el desarrollo tecnológico, al mismo tiempo que el sector privado se convierte en una fuente de financiación e innovación esencial.
Asimismo, todavía no conocemos las repercusiones que tendrán este tipo de innovaciones tecnológicas a nivel social y económico, ya que seguramente surjan nuevos modelos de negocio que modifiquen cualquier industria. Esto ya ha pasado con la automoción, el sector inmobiliario o la industria del ocio y el entretenimiento, pero estas transformaciones han demostrado que son transversales y afectan al conjunto de nuestra matriz productiva.