Es incuestionable que cuando el espejo devuelve una imagen estética eso repercute en la salud emocional. No en vano la sabiduría popular usa el adagio de “verse bien, para sentirse bien”. De eso no hay duda. En este sentido, no es posible discutir la influencia del bienestar físico en el plano emocional. A su vez, esto influye en la estima y en el desenvolvimiento de las actividades cotidianas, de las cuales depende el éxito o el fracaso en el plano profesional.
El papel de la estética
No resulta para nada extraño que la medicina estética sea hoy por hoy una modalidad para contribuir a que las personas se sientan más seguras y dignas de sí mismas. En este sentido centros como https://www.dermitek.com/ son aliados al ofrecer diversos tratamientos para lucir mejor.
Es una empresa que proporciona a sus clientes una amplia gama de servicios. Estos van desde la depilación láser, los trasplantes capilares, la eliminación de varices hasta la cirugía estética en sus variadas formas.
Esta compañía dedicada a la belleza y con novedosos tratamientos, cuenta con una gran experiencia. Desde 1998 están al tanto de la innovación y el compromiso para mejorar cada tratamiento y ofrecer a sus pacientes solo calidad.
Dermitek se encuentra en el centro mismo de la ciudad de Bilbao y sus servicios son tanto para mujeres como para hombres.
Los especialistas resaltan la importancia de la estética como una manera de autopercibirse. La forma en que cada quien se ve a sí mismo determina cómo se enfrenta la vida diaria. También influencia la confianza para dar cada paso.
Las emociones y la realidad
La manera en que cada quien se siente con respecto a su estética genera diversas emociones. Es decir, determina el estado de ánimo. Si se siente que la apariencia no es armónica o no se está bien con el propio cuerpo, pueden surgir complejos, problemas de comunicación con los demás e, incluso, una visión distorsionada de la realidad.
La sociedad fija ciertos cánones estéticos, que, aunque en la actualidad son bastante variados y el concepto de belleza es muy amplio, determina cómo se siente la gente con respecto a los mismos.
La percepción de las personas sobre su propia hermosura determina la destreza social e intelectual y estas mejoran si se percibe la propia imagen como belleza.
Relación entre cuerpo y mente
No hay nada nuevo en cuanto al vínculo que existe entre el cuerpo y la mente. Todos han oído hablar de él en innumerables ocasiones.
Esta conexión tiene un impacto directo en los sentimientos y pensamientos. Son dos dimensiones interdependientes que se apoyan, influyen y complementan mutuamente. De esta relación nace la manera de entender la propia vida, sus propósitos y la relación con las demás personas que hay alrededor.
Cuando el propio cuerpo está en buena forma, se tiene la energía y confianza necesaria para aprovechar todo lo que la vida ofrece. Sin embargo, cuando se experimenta malestar hacia la propia imagen, no sólo se traduce en una condición corporal, sino que también afecta negativamente a la actitud.
Por eso, si se cuida el exterior de alguna manera, también se está cuidando el interior o, lo que es lo mismo, la salud mental. Es así como se cumplen dos objetivos a la vez: mejorar la imagen exterior y, por otro lado, alcanzar una sensación de bienestar mucho más profunda.
No es solo vanidad
Muchas veces la sociedad juzga a las personas que acuden a hacerse tratamientos de belleza o cirugías estéticas. Esto es un grave error. Todo el mundo tiene derecho a verse bien para sentirse bien consigo mismo.
Para eso la ciencia ha avanzado tanto. Además, no se trata de engreimiento solamente. Existen casos como las personas que han sufrido cicatrices por incendios, las mujeres que han extirpado sus senos por cáncer de mama o quienes han quedado con secuelas de accidentes y requieren recuperar su apariencia.
En estos casos la cirugía estética es la tabla de salvación para que esas personas restablezcan su relación consigo mismas y con el mundo.