GINEBRA (AFP) – Naciones Unidas reconoció el jueves (1 de julio) un nuevo récord de altas temperaturas para el continente antártico, confirmando una lectura de 18,3 grados C tomada el año pasado.
Se alcanzó un calor récord en la estación de investigación Esperanza de Argentina en la Península Antártica el 6 de febrero de 2020, dijo la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU.
“Verificar este récord de temperatura máxima es importante porque nos ayuda a construir una imagen del tiempo y el clima en uno de los límites finales de la Tierra”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas.
“La Península Antártica se encuentra entre las regiones de más rápido calentamiento del planeta: casi 3 grados C en los últimos 50 años.
“Este nuevo récord de temperatura es consecuente con el cambio climático que estamos observando”.
La OMM rechazó una lectura de temperatura aún más alta de 20,75 grados C, informada el 9 de febrero del año pasado en una estación automatizada de monitoreo de permafrost en la isla Seymour, cerca de la península que se extiende hacia el norte hacia América del Norte.
El récord anterior para el continente antártico, el continente y las islas vecinas, fue de 17,5 grados C, registrado en Esperanza el 24 de marzo de 2015.
El récord de la región antártica más amplia, en todas partes al sur de los 60 grados de latitud, es de 19,8 grados C, tomado en la isla Signy el 30 de enero de 1982.
Proceso de verificación
Tras comprobar los dos nuevos registros de temperatura notificados, un comité de la OMM examinó la situación climática en la península en ese momento.
Descubrió que un gran sistema de alta presión creaba viento a favor, produciendo un importante calentamiento local de la superficie.
Evaluaciones anteriores han demostrado que tales condiciones son propicias para producir temperaturas récord, dijo la OMM.
Los expertos analizaron la configuración y los datos instrumentales, sin encontrar preocupaciones en Esperanza.
Sin embargo, un escudo de radiación improvisado en la estación brasileña en la isla Seymour provocó un error de polarización térmica demostrable para el sensor de temperatura del aire del monitor de permafrost, lo que hizo que su lectura no fuera elegible para su aprobación como observación meteorológica oficial de la OMM.
El nuevo récord de Esperanza se agregará al archivo de la OMM de condiciones climáticas extremas.
El archivo incluye las temperaturas más altas y más bajas del mundo, las precipitaciones, el granizo más intenso, la racha seca más prolongada, las ráfagas de viento máximas, los relámpagos más prolongados y la mortalidad relacionada con el clima.
La temperatura más baja jamás registrada en la Tierra fue de -89,2 grados C registrada en la estación Vostok en la Antártida el 21 de julio de 1983.
Preocupaciones por el calentamiento global
La temperatura media anual de la Antártida oscila entre menos 10 grados C en la costa y menos 60 grados C en las partes más altas del interior.
“Incluso más que el Ártico, la Antártida está pobremente cubierta en términos de observaciones y pronósticos climáticos y meteorológicos continuos y sostenidos, aunque ambos juegan un papel importante en impulsar los patrones climáticos y oceánicos y en el aumento del nivel del mar”, dijo Taalas.
La temperatura media de la superficie de la Tierra ha aumentado en 1 grado C desde el siglo XIX, lo suficiente como para aumentar la intensidad de las sequías, las olas de calor y los ciclones tropicales.
Pero el aire sobre la Antártida se calentó más del doble.
Investigaciones recientes han demostrado que un calentamiento de 2 grados C podría empujar las capas de hielo que se derriten sobre Groenlandia y la Antártida occidental, con suficiente agua congelada para elevar los océanos 13 metros, más allá de un punto sin retorno.
“Este nuevo récord demuestra una vez más que el cambio climático requiere una acción urgente”, dijo la Primera Vicepresidenta de la OMM, Celeste Saulo, jefa del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina.
“Es fundamental continuar fortaleciendo los sistemas de observación, pronóstico y alerta temprana para responder a eventos extremos que ocurren con mayor frecuencia debido al calentamiento global”.