Los seres humanos tenemos la capacidad de sentir y vivir diversas emociones y somos mental y emocionalmente capaces de identificarlas. Sin embargo, cuando no somos conscientes de lo que pensamos y sentimos pueden desarrollarse diversas patologías que desencadenen en hiperfagia. La hiperfagia es la incapacidad de diferenciar la sensación de hambre de la de ansiedad, esto deriva en el peligroso hábito de ingerir alimentos en exceso y con demasiada frecuencia.
Quien padece de hiperfagia experimenta frecuentes episodios donde ingiere grandes cantidades de comida en cualquier momento, incluso si ya ha comido hasta quedar satisfecho. Generalmente quien sufre de hiperfagia come apresuradamente, no se toman el tiempo necesario para masticar los alimentos y muchas veces come a escondidas para no ser observado. Sigue leyendo y conoce más sobre la hiperfagia, síntomas, causas, tratamientos y sugerencias para superarla.
Qué es la hiperfagia
La palabra griega hiper significa abundancia o exceso y fagia significa comer. Por lo tanto la hiperfagia es experimentar constantemente la sensación de tener hambre, esta situación lleva al afectado a ingerir grandes cantidades de alimentos sin entender claramente el porqué se actúa así. La hiperfagia afecta a ambos sexos y puede surgir entre otras razones por la necesidad de obtener gratificación o alivio ante un sentimiento de soledad o por baja autoestima.
Qué causa la hiperfagia
Existen muchos factores desencadenantes de la hiperfagia. A continuación indicamos algunos:
- La bulimia
- La diabetes
- El hipertiroidismo
- La ansiedad
- Deficiente funcionamiento o daños en el hipotálamo
- Depresión
- Síndrome premenstrual
- Algunas drogas o medicamentos como antidepresivos, corticoides, otros.
Algunos síntomas de la hiperfagia
Algunos síntomas físicos son la necesidad compulsiva de comer que se evidencia por atracones diurnos y nocturnos, acompañados o no por vómitos, gordura mórbida, otros Entre los síntomas psicológicos están disminución de la autoconciencia y el no reconocer o aceptar las propias deficiencias. Además, se experimenta apatía, aislamiento emocional y verbal. También quien sufre hiperfagia siente vergüenza ante la incapacidad de controlar su forma de alimentarse.
Cómo se diagnostica la hiperfagia
Mediante métodos de observación un médico especializado; un psicólogo o psiquiatra puede establecer comportamientos compulsivos al momento de la alimentación e indicar un tratamiento adecuado para la patología que activa la hiperfagia.
Muchas veces quien padece hiperfagia se esconde al comer para no ser observados por otros y son sus familiares o amigos quienes alertan de este comportamiento.
Otras veces, es el mismo afectado quien busca ayuda al darse cuenta de que experimenta una sensación de hambre constante a pesar de alimentarse de forma excesiva y muy frecuente. Esta actividad lo agota física y emocionalmente y lo lleva a experimentar sentimientos de asco o rechazo hacia sí mismo.
Algunos de los mejores tratamientos
Si el origen de la hiperfagia es una enfermedad como la diabetes, el hipertiroidismo u otras, el tratamiento se dirigirá a la correcta atención de estas enfermedades pues la hiperfagia sería un síntoma.
En casos donde el origen sea por problemas psicológicos o psiquiátricos como ansiedad, depresión, trastorno compulsivo u otros; se requiere terapias dirigidas a intervenir apropiadamente estas situaciones a fin de solucionar o mejorar estos estados mentales y revertir la hiperfagia.
Si el comienzo de la hiperfagia coincide con la toma de algún tratamiento médico o farmacológico se debe establecer una comunicación franca con el médico tratante a fin de conseguir soluciones apropiadas a la situación.
Es aconsejable que el especialista indique realizar análisis rutinarios de sangre, orina y hormonales.
Algunas conclusiones sobre la hiperfagia
La persona que sufre hiperfagia necesita mucho apoyo emocional. En situaciones de hiperfagia ocasional y leve es recomendable que quien la padece mastique lentamente los alimentos y sea consciente del hábito correcto de comer de forma relajada, despacio y disfrutar el placer de alimentarse sin apuros, ansiedades o inquietudes. En casos de hiperfagia severa buscar de inmediato ayuda psicológica o psiquiátrica.