Aunque muchos piensen que la figura del notario es relativamente nueva, lo cierto es que esta creencia es errónea, puesto que se trata de un profesional que existe desde épocas insospechadas y siempre ha tenido bastante peso a la hora de llevar a cabo ciertos procedimientos. Si hay que remontarse al sentido más estricto de lo que es una notaría, hay que decir que esta palabra proviene del latín “notare”, la cual, se puede traducir como escribir o designar, entre otras acepciones. Basándose en esto, hay que decir que las notarías siempre han tenido mucho peso para ciertos aspectos legales y, a medida que las leyes y normativas se han ido regularizando, aún más. Los notarios Madrid o de cualquier otro punto de España son los encargados de comprobar hechos concretos que se han pactado previamente, al igual que deben legitimarlos y dar fe pública de todo ello. Sabiendo esto, se puede decir que el notario es un profesional que se pone al servicio público, llevando a cabo todas estas tareas siempre en base a la ley establecida, con el objetivo de dar fe a los actos que han realizado las personas, según el tipo de procedimiento que se necesite corroborar.
¿Por qué se habla de fe pública?
También conocida como fe notarial, es el concepto que designa que todas las declaraciones llevadas a cabo por uno o varios usuarios ante un notario, son auténticas y verdaderas, siendo este profesional el encargado de realizar la comprobación correspondiente.
Tipos de fe pública
Cuando se habla de fe pública hay que hacer una clara diferenciación entre dos tipos, siendo ambos responsabilidad directa del notario. De esta manera, se presentan la fe originaria y la derivada. En cuanto a la primera de ellas, esta se da en el momento en el que el notario aprueba los hechos cuando los percibe directamente a través de sus sentidos y, tras esto, se encarga de dejarlo escrito en un documento debidamente cumplimentado. Por su parte, la fe derivada se da cuando el notario narra igualmente los hechos, sin embargo, en este caso no los percibe él mismo, sino que se basa en otros documentos que ya existían anteriormente.
Funciones principales de los notarios
Son muchas las funciones que pueden llevar a cabo los notarios, sin embargo, en cualquiera de ellas, para poder realizarlas es importante saber que estos profesionales sólo podrán realizar su trabajo siempre que los interesados lo soliciten.
Entre la gran cantidad de funciones que presentan estos profesionales, se pueden destacar la de elaborar las escrituras públicas; almacenar y abrir posteriormente los testamentos cerrados; reconocer los documentos categorizados como privados; autentificar documentos, copias de los mismos o firmas; expedir todo tipo de copias de las escrituras públicas o corregir los errores de las mismas; elaborar notas de referencia; redactar la fe de vida; o conservar los archivos notariales.
¿Cuáles son los documentos notariales más importantes?
Entre los documentos notariales que cobran mayor importancia, hay que destacar la escritura pública y el acta. En cuanto a la primera, es el documento esencial que redactan los notarios donde se imprimen las declaraciones de las personas que forman parte del proceso que se está llevando a cabo en ese momento. Y en cuanto al acta, se puede denominar como la certificación que realiza el notario, corroborando que ha visto y oído los hechos que se exponen.
Diferentes tipos de actas
Dependiendo del caso que se le presente a un notario en cuestión, se podrá hablar de un tipo de acta u otro. De esta manera, estos profesionales pueden asentar varias modalidades de actas como, por ejemplo, las interpelaciones o notificaciones; puesta de firmas en los diversos documentos que se necesiten; los hechos considerados como materiales; los protocolos en cada uno de los documentos nombrados; existencia de imágenes u otros archivos; todas las declaraciones que realicen las personas relacionadas con cada caso; y por supuesto, todos los hechos que incidan en el mismo, desde aquellos que sean negativos, hasta los positivos.