La mayoría de las personas pueden catar diferentes vinos uno al lado del otro, pero ¿cómo se comprueban los aceites de oliva? Por ello, en el siguiente post te daré algunos consejos sobre cómo reconocer un buen aceite de oliva. Lo ideal es probarlo puro para determinar la calidad del aceite y si le gusta personalmente, pero en caso de no poder, te daré algunos puntos importantes que determinan si el aceite es o no de buena calidad.
El aceite de oliva
La mera mención del aceite de oliva hace que la gente se lama los labios con deleite. Este líquido amarillo dorado encarna la tradición culinaria mediterránea. Las aceitunas ecológicas que se han prensado con cuidado garantizan los mejores resultados. El aceite de oliva se utiliza desde hace miles de años, según varias excavaciones, por ejemplo, se emplea en una variedad de cosméticos, medicamentos y lámparas, además de cocinar.
En la Unión Europea se distinguen varios grados. El aceite de oliva virgen extra o simplemente virgen extra tiene la clasificación más alta. Según la legislación, este aceite solamente puede tener una acidez máxima del 0,8 %. Lamentablemente, la clasificación no indica si un aceite es realmente sabroso o no.
Otro de los modelos más populares en España y muchas partes del mundo es el aceite Picual, el cual es muy apreciado dentro de los usuarios por el aroma y el sabor que posee, además de los beneficios y propiedades que posee.
No puedo dejar de lado a los aceites de Jaén, que como interesante debes conocer que una de cada 5 botellas de aceite de oliva que puedes hallar en el mundo proviene de la provincia de Jaén. Lo que es nada más y nada menos que el 20 % de la producción mundial.
Reconociendo un buen aceite de oliva
Tal vez reconocer un buen aceite de oliva a simple vista sea una tarea complicada, porque en la mayoría de los casos poseen características muy parecidas. Pero en caso de que tengas la oportunidad de probar el aceite, notarás algunas de estas cosas:
El olor
Cuando abra una botella de aceite de oliva, debería percibir un aroma fresco o incluso algo picante. Esto es un sólido indicador de que el aceite de oliva procede de aceitunas recién cosechadas y no de aceitunas que han sido envejecidas en exceso. Si el aceite de oliva huele a heno o a vinagre, es más probable que las aceitunas no hayan sido procesadas adecuadamente y ya haya empezado a fermentar.
El sabor
El sabor del aceite de oliva varía tanto como la variedad de aceitunas utilizadas. Por otra parte, todos los buenos aceites tienen un sabor fresco y “verde”. También es una buena señal si los sabores son a nuez. En cambio, el aceite de oliva malo tiene un sabor rancio, agrio y “seco”.
Los aceites de oliva se clasifican como ligeros, medios o potentes en función de su sabor. Mientras que los aceites ligeros y afrutados son buenos para aderezos de ensaladas y ensaladas caprese, los aceites medios e intensos tienen mucha “pimienta” debido a su alto contenido en polifenoles, lo que les confiere picor.
El color
Son muchos los factores que influyen en el color del aceite, incluida la composición nutricional del suelo. Sin embargo, como los aceites de diferentes lugares de cultivo pueden tener colores radicalmente distintos, es difícil determinar la calidad solamente por el color.
No obstante, el color puede indicar la frescura del aceite. Esto se debe a que evoluciona con el tiempo. Por ejemplo, el color del aceite nuevo debe ser de verde claro a verde-amarillo. En cambio, un color amarillo intenso u oscuro indica que las aceitunas han estado expuestas a mucho oxígeno y han empezado a oxidarse.