Tener miedo a cualquier situación produce una sensación desagradable que se traduce en malas vivencias, que en multitud de ocasiones generan una irreprochable ansiedad en quien lo padece. El miedo en sí no es malo, ya que es un sentimiento que nos pone en alerta ante una situación de posible peligro, pero aparece como problema cuando nos impide acciones comunes del día a día convirtiéndose en una fobia. Son muchas las personas que acuden al centro de psicólogos Madrid Cepsim para tratar alguna de estas anomalías, que normalmente tienen relación con algún hecho traumático que el paciente ha podido sufrir en el pasado.
Una fobia es un temor intenso e irracional, enfermizo, hacia una persona, una cosa o una situación determinada que se convierte en una experiencia anti saludable para quien convive con ella. Miedo a una acción, a un producto, a un ser vivo o hasta a una sensación. Esta posibilidad no existe solamente en un ámbito concreto determinado, sino que las fobias pueden dar en múltiples casos y temáticas: desde la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados) hasta la glosofobia (miedo a hablar en público) o la tripofobia (repulsión al patrón repetitivo de ciertas figuras geométricas pequeñas y muy juntas).
Otra de las fobias más comunes tienen que ver con el coche. Y es que, aunque parezca imposible, son más de las que nos pensamos las personas a las que les cuesta describir cómo es el miedo a conducir o amaxofobia. La fobia a conducir se basa en un elevado miedo al automóvil y a los síntomas que se asocian a este acto, ya que la persona experimenta mucha ansiedad y un alto grado de estrés que genera un malestar insoportable y bloquea sus capacidades con la conducción.
La superación de cualquier fobia lleva consigo la necesidad de acudir a un buen equipo de especialistas para que evalúen tu caso y puedan facilitarte herramientas para gestionar ese miedo irracional
A menudo suele pasar en personas que experimentan la conducción por primera vez, aunque también ocurre en personas que hace años que conducen. Esto normalmente tiene su raíz en experiencias previas, como la vivencia de algún accidente, aunque también puede suceder que no exista una situación anterior de estas características para detectar una asociación in situ con el problema. En cualquier caso, ponerse en manos de un terapeuta especialista es la manera más eficaz de combatir esta fobia, ya que va a poder aprender a gestionar y controlar esta sensación de pánico hasta hacerla desaparecer.
Pero el coche no es el único medio de transporte que está asociado a una fobia. El avión es el transporte recurrente al que muchas personas temen, bien por desconocimiento, bien de forma irracional por no tener un control sobre la situación y asociar este acto a ideas negativas. ¿Pero la fobia a volar cómo se supera? Del mismo modo que otras fobias, acudir a un psicólogo va a ser vital para la recuperación de las personas, y para que éstas se nutran de unas herramientas óptimas para llevar a cabo un trabajo personal que derive en la superación de estas desagradables situaciones. Estos tratamientos especializados van a ser en todo momento personalizados en función de cada paciente, puesto que cada personalidad y vivencia es un mundo que puede tener una o muchas causas diferentes.
Otra fobia común es a los animales, como los perros, los gatos o las arañas, por ejemplo. Lo cierto es que, actualmente, es uno de los miedos más extendidos, aunque en función de a qué animal se le tiene será más o menos limitante en nuestro día a día, por motivos obvios; no es lo mismo tenerle fobia a un perro que a un león, ya que probablemente nunca tengamos que cruzarnos ni enfrentarnos a este último. ¿Cómo se manifiesta esta fobia a los animales domésticos? Afectando y limitando a quien la padece, con cosas tan normales como pasear por un parque frecuentado por perros, cambiar de acera si ven acercarse a estos animales o evitar domicilios de amistades o familiares porque tienen gato.
De este modo, tener fobia a estos animales es un problema importante, puesto que en una ciudad o pueblo hay muchos, obligando a las personas que sufren este problema a encontrar mecanismos para no pasar por situaciones realmente malas. Existen varios tratamientos eficaces para poder llegar a estar tranquilo ante ese animal que antes te acongojaba; la psicoterapia Gestalt o el tratamiento EMDR aplicados por profesionales de la psicología, por ejemplo, son de gran ayuda.