La forma de ser de una persona suele quedar fielmente reflejada por cómo ha diseñado el lugar en el que vive. En efecto, la decoración puede decir mucho acerca de los sentimientos y la manera de entender la vida de la persona que se ha encargado de ella.
Cualquiera de los objetos elegidos para esta labor, u otros aspectos como la iluminación o los tonos de las paredes hablan de la persona que vive en un hogar. A continuación vamos a hablar de algunos de esos estilos que pueden decir mucho de un habitante de una casa.
1. Nórdico
Este estilo, nacido en los países escandinavos, tiene una fuerte influencia de las complicadas condiciones climáticas a las que están sometidas las personas en esas latitudes. Así pues, el frío y la necesidad de pasar mucho tiempo en casa hace que en el estilo nórdico se busquen sobre todo dos aspectos: potenciar tanto como se pueda la poca luz natural de la que se dispone y crear espacios lo más cómodos posibles.
La decoración nórdica se sirve mucho del blanco y los colores neutros, para reflejar la luz natural y aportar una luminosidad que no abunda en los países escandinavos. Otro punto fuerte de este estilo son los textiles cálidos como la lana y el lino, en tanto que el mobiliario nórdico se caracteriza sobre todo por sus formas sencillas y su funcionalidad. Como hemos dicho se busca el confort, y es por ello sobre por lo que también es un estilo muy apropiado para oficinas, donde se buscan muebles como mesas y sillas ergonómicas por encima de todo.
2. Minimalista
El minimalismo lleva tiempo arrasando en la decoración de interiores, que se basa en la simplificación, por lo que se puede caracterizar perfectamente por aquella frase de “menos es más”.
Por supuesto, esto no significa que los interiores minimalistas tengan que pecar de aburridos, ya que para decorar se puede jugar con distintas texturas como cerámica, textiles, madera y arcilla, entre otros.
En el minimalismo tiene una gran importancia la sensación de espacio, por lo que hay que buscar que los objetos tengan sitio para respirar. También resulta imprescindible el sentido del orden, siendo necesario desprenderse de todo lo superfluo.
3. Industrial
Se trata de un estilo fundamentalmente masculino, que surgió en los 50 en Nueva York, cuando artistas jóvenes empezaron a instalarse en amplias fábricas abandonadas buscando luz y espacio.
Este estilo se resume principalmente en dos ideas: muebles vintage y elementos estructurales a la vista. Los materiales de construcción ni se ocultan ni se enmascaran siquiera, todo lo contrario; resulta de lo más atractivo mostrar las estructuras.
4. Boho chic
En este caso se combinan detalles étnicos, elementos naturales y aires bohemios; un cóctel exquisito que ha convertido al boho chic en uno de los estilos de decoración que más adeptos ha ganado a lo largo de los últimos años.
Materiales naturales como la madera y el mimbre se funden en los interiores con los tonos tierra, dando como resultado un aire de lo más cálido. Y otros como el ratán se imponen en los muebles en este estilo, convirtiéndose en un must have.