El derecho de familia es una de las ramas del Derecho cuya función principal es establecer las normas y las bases sobre las que se regulan, tanto las uniones matrimoniales como las separaciones y divorcios. Además, se encarga de salvaguardar los derechos de los menores de edad cuando el núcleo familiar se rompe.
El derecho de familia en nuestro país se regula a través del Código Civil y permite, por una parte, establecer los requisitos que son necesarios para constituir un matrimonio o pactar lo que se llama vínculo conyugal. Por la otra, el derecho de familia fija las normas aceptadas y disponibles de matrimonio y regula también las causas de un divorcio o las razones de una separación matrimonial.
Si se está en una situación en la que el matrimonio se ha roto y los vínculos conyugales ya no existen, lo normal es optar por la separación o el divorcio. En el caso de que no haya hijos de por medio es bastante sencillo comenzar con los trámites y, en poco tiempo, tramitar la solicitud de divorcio ante un juez. En los casos de separación de mutuo acuerdo todos los papeles y trámites se pueden acelerar.
Pero, incluso cuando hay buen entendimiento entre las partes e interés por separarse de manera amistosa, cuando hay niños de por medio las cosas se complican, y es necesario establecer una serie de cuestiones fundamentales para salvaguardar el derecho de los menores. Siguiendo con el ejemplo de separación amistosa, lo lógico es que ambos progenitores acudan a un despacho de abogados de familia y conjuntamente establezcan la custodia compartida, si es posible, así como otras medidas como pensión por alimentos, pensión compensatoria, etc. En los casos de separación de mutuo acuerdo los progenitores suelen establecer criterios conjuntos que vayan en beneficio de sus hijos y para que la situación los afecte lo menos posible.
Divorcio contencioso administrativo
Pero hay situaciones familiares en las que la separación matrimonial o el divorcio no es aceptado por las dos partes, o aun siendo aceptado, no se está de acuerdo con los términos en los que se redactan las condiciones que van a regir el cese de la convivencia. Esto puede ocurrir porque no se está de acuerdo con la pensión de manutención que se establece, porque se reclama una pensión compensatoria por parte de uno de los cónyuges hacia el otro, porque no se quiere la custodia compartida de los hijos menores, o porque se entiende que puede haber riesgo de manipulación de los hijos cuando un progenitor quiere la custodia monoparental.
Todas estas cuestiones deben ser tratadas con sumo cuidado y con la ley en la mano, siempre desde el punto de vista de un especialista en derecho de familia y buscando, ante todo, que los menores de edad sufran el menor daño posible con la situación. Pero hay circunstancias en las que verdaderamente no hay más remedio que acudir a lo contencioso administrativo. Y en esos momentos tan delicados es fundamental que los abogados de familia que se contraten sean exquisitos en el trato de la situación e informen con honestidad y claridad a su cliente de todos y cada uno de los pasos a dar y de las consecuencias de los mismos, si las hubiera.
En ese sentido, hay que destacar que es muy importante conocer al despacho de abogados que se contrata y cerciorarse de que son expertos en derecho de familia y en la defensa de los derechos de los menores de edad. También es importante conocer la opinión de distintos expertos antes de contratar a uno, ya que la forma de entender el proceso y los pasos a dar pueden diferir entre abogados. El cliente debe conocer cómo se trabaja y los resultados que se pretenden. Igualmente, se deben conocer los honorarios de antemano, para evitar sorpresas.