Un dicho casi tan antiguo como la técnica oriental del masaje. Es posible que la primera vez que estas palabras fuesen pronunciadas como proverbio se estuviese pensando en un masaje. Existen diversas técnicas para tratar mediante masaje a una persona y, estas técnicas son tan diversas como los problemas que son capaces de atender.
Y es que, aunque parezca que un masaje es un simple método de relajación muscular, existen técnicas de masaje capaces de aliviar múltiples tensiones. Para ello, nace Masajes Indira, un espacio cuya razón de ser es el placer como método terapéutico para aliviar las cargas y tensiones propias del día, cosa muy frecuente en ciudades grandes, donde el tiempo escasea e, inevitablemente, nuestro cuerpo, nuestra mente o nuestra alma, las acaban padeciendo.
Para paliar estas aflicciones, es posible recurrir a diferentes técnicas, todas ellas capaces de tratar estas tensiones, existiendo una verdadera multiplicidad de opciones.
Algo muy común es recurrir al convencional masaje terapéutico, que consiste en una manipulación de tejidos blandos, sirviendo como técnica terapéutica y deportiva, orientados sobre todo a mejorar la calidad de vida del paciente. Esta opción conlleva unos beneficios y posee la característica de ser realizado manualmente. Malas posturas, tensiones derivadas de la práctica deportiva o del propio estrés, son las patologías comunes tratadas mediante esta técnica.
Por otro lado y, de una forma más abstracta, para mejorar esas tensiones podemos iniciar una búsqueda orientada a la armonización de la energía de la persona y su equilibrio. El masaje tántrico sería, en este caso, el tratamiento indicado, ya que mediante el placer como medio y no como fin, se pretende liberar a la persona hacia una plenitud tanto en el cuerpo como en el alma. Es fácil ser conducidos a pensar en algo más allá cuando atribuimos como “tántrico” a la realización de un masaje, sin embargo, esta técnica pretende alcanzar la meditación como pareja y el bienestar personal, sin ir más lejos, a pesar del contenido tanto sensual como sexual con el que se le pueda considerar.
Como manera de combinar estas técnicas y, creando un método completo, es posible la fusión que permite el masaje Tailandés, que ofrece toda la relajación de tensiones musculares como técnicas destinadas a eliminar contracturas y estirar diferentes partes del cuerpo, combinadas con el placer y efecto calmante y relajante que pueden proporcionar las terapias eróticas.
Dentro de la variedad de posibilidades que ofrece esta interesantísima fusión sería importante hablar del concepto Happy Ending. Este método pretende una conexión entre masajista y cliente, una conexión que perdure con la persona incluso lejos de la sala de masaje, que sin duda proporciona unos beneficios curativos y unas consecuencias terapéuticas que hacen que la experiencia sea bastante notoria.
Toda esta amplia variedad de técnicas no se reduce solamente a una conexión entre el masajista y el paciente, si no que, de hecho, se puede buscar una sincronía entre el cuerpo y el alma mediante técnicas tan innovadoras como el masaje a cuatro manos, con una mayor excitación, unos mayores beneficios físicos y mejor eliminación de tensiones.
Para todas estas modalidades, es tan importante la labor del masajista como el ambiente, ya que será necesario que el lugar permita al masajista crear una atmósfera de relajación y sensualidad, que hagan posible que la experiencia traslade al paciente al alivio mediante el placer como conducto.
Es por tanto que, vista la multiplicidad de tratamientos existentes para llevar a un estado de alivio al paciente, es preciso tener en cuenta la singularidad del mismo y, de esta manera, tener en cuenta la singularidad de tratamientos, entendiendo como requisito indispensable el tratamiento personalizado y surgiendo, en efecto, cada día nuevas terapias adaptadas al paciente.