En JR Abogados saben muy bien que “las herencias y sucesiones son complicadas y se necesita un buen asesoramiento legal”. El bufete, con despachos en Madrid y Alcalá de Henares, así como también con página web, https://herencias.pro/. está compuesto por especialistas que se ocupan de las gestiones de una herencia, su adjudicación, su partición; del Impuesto de Sucesiones o de alguna impugnación.
Los asuntos testamentarios son complejos, porque un testamento puede presentar formatos muy diferentes, como el “abierto”, el “cerrado” o el “ológrafo”, por ejemplo.
En el “abierto”, el testador manifiesta sus últimas voluntades ante personas que deben autorizarlo y darse por enteradas de lo que dispone.
En el “cerrado”, el testador declara por escrito su última voluntad, lo firma y entrega a quienes han de autorizarlo.
El “ológrafo” es el que ha escrito y firmado el testador de su puño y letra, sin notario, cumpliendo la ley y expresando la fecha exacta en que se otorga.
También hay herencias sin testamento, reclamaciones de “la legítima”, familiares desheredados, disputas por el reparto y un largo etcétera de trámites y motivos de litigio.
En suma, comprender ante qué circunstancias se encuentra cada persona y qué consecuencias conlleva requiere del asesoramiento de expertos en todo este entramado legal. Y eso, si no existen otros problemas y condicionantes, como las deudas. Ya lo dice el refrán: “donde no hay harina, todo es mohína”.
Rechazar una herencia
La historia de “un tío en América” que al morir le hace millonario a uno es una leyenda de cine que se hace realidad sólo de manera muy excepcional. ¿Quién conoce a algún agraciado?
Sin embargo, el año pasado uno de cada diez españoles renunció a heredar porque, antes de recibir el legado, tenía que asumir las deudas que el difunto había dejado. Es decir, que el diez por ciento de los herederos que hubo en España en 2018 no quisieron serlo.
Se registraron unos cuarenta y siete mil rechazos en total, según las estadísticas recogidas por el Consejo General del Notariado. Y no fue el peor año. En 2017 se batieron todos los récords históricos, desde que en 2007 estalló la “gran crisis” económica de las últimas décadas. En esos diez años más recientes, las renuncias a heredar se multiplicaron por cuatro.
Parte de esas cuarenta y siete mil renuncias de 2018 no evitaron el problema planteado cuando el fallecido dejaba sus bienes, pero también sus “pufos”. Si el heredero rehusaba a heredar, las “cuentas pendientes” de aquél pasaban a los hijos de éste, con lo que, al menos para ellos, era peor el remedio que la enfermedad.
- “Las herencias y sucesiones son complicadas y se necesita un buen asesoramiento legal”
El Estado, “heredero universal”
Y cuando no hay deudas, hay tributos. Siempre hay impuestos, sean de Sucesiones, por Plusvalías o sobre el Patrimonio. De una u otra manera, el Estado se convierte en el beneficiario omnipresente de todas las herencias, sin escapatoria posible.
El Impuesto de Sucesiones podrá estar bonificado en mayor o menor medida en la mayoría de las comunidades autónomas. Pero la única que ha exonerado totalmente a sus contribuyentes de tener que pagarlo es la de Canarias y podría reinstaurarlo.
Las Plusvalías, sin embargo, siempre hay que pagarlas. Así que la Administración siempre se lleva un “pellizco” de lo heredado, bien directamente o por su revalorización.
Decía Calderón de la Barca: “¡Qué presto se consolaron los vivos de quien murió! Y más cuando el tal difunto mucha hacienda les dejó”. Pero a la vista está que quien tiene una herencia no siempre tiene un tesoro. No necesariamente. A veces, más de las deseadas, quien tiene una herencia tiene un problema. Por eso, antes de heredar, lo mejor es consultar.