Un enclave poético para una de las ciudades con más historia y encanto de Europa, Barcelona se muestra al mundo con su bandera cosmopolita y moderna, pero también guardando con celo la esencia de su rico patrimonio histórico-artístico, su lengua y su inmensa riqueza inmaterial; un lugar privilegiado elegido por multitud de pueblos y culturas para vivir, visitar, comerciar y deleitarse con sus infinitos encantos
¡Barcelona tiene poder!
Quién puede negarle eso a una ciudad con tantos siglos de historia a su espalda. En su cuna se han mecido pueblos como los fenicios, los romanos y los árabes, en sus monumentos ha quedado impregnado el gótico más europeo y la vanguardia más exquisita. Desde luego, el gran Peret lo dejó dicho, «es una ciudad poderosa». Los múltiples atractivos arquitectónicos, la bondad del clima y un enclave geográfico privilegiado hacen de la capital catalana uno de los grandes referentes turísticos de España y uno de los destinos internacionales más reconocidos.
Así pues, pasear la Ramblas hasta llegar al monumento a Colón harán del visitante un nuevo enamorado de Barcelona, porque eso es lo que tiene la ciudad, que engancha a todo el que se adentra en sus calles, consume su exquisita gastronomía y se deja embaucar por su cultura y su folclore. Y es que una visita a la Ciudad Condal jamás deja indiferente al viajero. Cuando un mapa bien indicado le marca destinos como el Mercado de la Boquería con sus tradicionales puestos de pescado, frutas y verduras o lo eleva hasta Montjuic para apreciar unas vistas hermosas del skyline barcelonés, se convierten en experiencias que jamás se olvidan en la memoria y que, difícilmente, escapan al objetivo de los fotógrafos más exigentes.
El privilegio de asentarse entre el Mediterráneo y la Corserolla
Pocas ciudades disfrutan del románico, el gótico y el vanguardismo rodeada de mar y montaña a la vez. Es por esa razón que Barcelona parece una perla asentada entre las dos conchas que suponen el mar Mediterráneo y la Sierra de la Corserolla. Erigiéndose, así, en un enclave agraciado por la geografía y dónde se da buena cuenta de que ningún pueblo asentado en Barcelona lo hizo por razones aleatorias. Esa mezcolanza de culturas ha hecho del barcelonés un ciudadano del mundo y abierto. Como ejemplo está Gaudí, que a caballo entre los siglos XIX y XX dio un esplendor internacional a Barcelona con sus múltiples trabajos insignes, tales como la Casa Batlló, la Pedrera o el Parque Güell, para culminar en la estrella arquitectónica del modernismo catalán, la Sagrada Familia. Es, por tanto, un gran privilegio alojarse en una ciudad que mira de frente al mar y cuyas playas, centros comerciales, agenda cultural y diversión esperan a todo el que tenga a bien sacar sus billetes a una experiencia única. Porque sí, Barcelona es contraste y diversidad, razón por la que todo visitante encuentra su lugar en su amplia oferta y catálogo de parabienes. Es un destino para toda la familia, para el romanticismo, lo alternativo o un paraíso de libertad para disfrutar a solas y desconectar.
Barcelona ostenta una variada oferta hotelera de primer nivel
No es secreto alguno que la cocina catalana posee unos ejemplos de excelencia innegables, unos productos de calidad de primer nivel y unos expertos chefs que hacen de esta oferta otro atractivo más de la ciudad. Por todo ello, bien merece la pena una visita a la legendaria ciudad de Sant Jordi, donde libros y rosas se funden en un regalo esencial o dónde las monas de Pascua hacen las delicias de los más pequeños de la casa. Una de las mejores opciones es decantarse por una estancia en régimen de pensión completa, ya que los establecimientos hoteleros barceloneses tienen una variedad gastronómica y unos precios conforme a la calidad que serán la mejor opción para viajeros que gusten gozar de la máxima comodidad. Entre las múltiples opciones de hospedaje, ya sean en viviendas vacacionales, pensiones, hostales o albergues, se encuentran las mejores opciones según el tipo de viaje y el perfil de viajero que se sea. Asimismo, no hay que perder de vista que Barcelona se situa muy alto en los ranking internacionales en cuanto a sus hoteles de 4 estrellas que no solo ofrecen excelencia en el trato y los servicios asociados a su status, sino que, además, ofrecen un plus de variedad de establecimientos para contentar los gustos y preferencias de la mayor parte de los visitantes. Por todo ello, visitar una ciudad con tanto que ver, oír y sentir, a la par que se disfruta de un entorno natural idílico hospedado en establecimientos de primera, no deja de ser un sueño que está al alcance de todos.