La ansiedad, en cualquiera de sus variantes o tipos, es un mal bastante generalizado en la sociedad. Son muchas las personas que la padecen, mientras que otras tantas incluso han normalizado vivir así. Acudir a un profesional especializado en tratamientos para la ansiedad puede representar grandes cambios en cuanto a la calidad de vida.
Porque al final, la ansiedad es un malestar subjetivo e irracional que no deja vivir a plenitud a muchas personas, ya que un sinfín de experiencias que para otras personas serían normales y llevaderas, para una persona que padece ansiedad se convierten en su suplicio, en un eterno sufrimiento gobernado por el temor de que “algo pueda pasar”.
¿Se puede hacer algo? Desde luego. La terapia ansiedad en Madrid pudiera ser, entre otras tantas formas de ayudar, una de las mejores herramientas con las que cuentan las personas que padecen ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?
En principio, hay que saber afirmar que la ansiedad es una respuesta del organismo ante situaciones de temor, de incertidumbre o de peligro. Para el ser humano, hasta ciertos niveles, la ansiedad es una respuesta biológica natural y comprensible, puesto que no somos máquinas y, por ende, el comportamiento siempre estará supeditado a muchas emociones.
Sucede, sin embargo, que cuando ese miedo es irracional, cuando ese temor se vuelve desproporcionado para lo que en realidad está sucediendo, cuando ser un manojo de nervios se convierte en una costumbre sin razones aparentes, la ansiedad deja de ser una respuesta biológica para convertirse en una patología de salud mental y emocional.
Allí, suele manifestarse como:
- Una reacción desproporcionada a situaciones que son objetivamente menos temibles, traumáticas o peligrosas.
- La ansiedad se prolonga durante mucho tiempo, sin que la persona pueda hacer algo, incluso cuando es consciente de que tiene un episodio de ansiedad.
¿Cómo saber si se padece ansiedad?
Vivir con miedo, con nervios, con estrés, derivado todo eso de situaciones que ni siquiera han pasado, ya es un indicador de que se están sufriendo de episodios de ansiedad.
También, malestares como la migraña, las náuseas, la elevación de la presión arterial, mareos repentinos, mucha tensión muscular o bruxismo, se relacionan, desde el punto de vista físico, con la ansiedad.
Sensaciones como las ganas de llorar, la sensación de perder el control, sentir que siempre se está en peligro o notar, de forma consciente, que siempre se tiene una postura irritable o agobiante ante las cosas, pudieran indicar que la ansiedad está ocupando gran parte de la vida de la persona.
¿Cómo puede ayudar la terapia psicológica?
En primer lugar, ayuda porque permite identificar el tipo de ansiedad y sus causas. Porque aunque se hable de ansiedad, o de ataques de ansiedad, eso significa sólo uno de los tipos existentes. Así, el Trastorno obsesivo-compulsivo, la fobia social, el estrés o los Trastornos de estrés postraumático también entrarían dentro de dicha generalización, pero requieren de un tratamiento diferente.
También es útil porque se identifican las causas. Pueden ser genéticos o biológicos, claro está, pero muchas veces tienen que ver con problemas de salud, con traumas que no se superan, con algo que se está consumiendo y hasta por presiones familiares.
Ya a partir de allí, los profesionales de la terapia psicológica para la ansiedad pueden trazar un plan de trabajo confiable, avalado por las técnicas que han demostrado más eficacia, y eso permitirá gozar de sus beneficios:
- Poder gobernar las sensaciones de ansiedad en el día a día, identificando incluso cuando se sufre de ella y las razones que lo han llevado allí. Eso permite que las personas puedan afrontar la vida diaria de una manera más segura, con más confianza en sí mismos.
- Tener control, ya que es una de las sensaciones más incómodas de tener ansiedad.
- Cambiar las respuestas ante la ansiedad, incluso manejando los niveles de tolerancia a la presión, al estrés, al miedo, a los temores, para tener herramientas concretas que mejoren la autoestima, las habilidades y capacidades para hacer frente.