¡Ese molesto rollito que te sale en la cadera, no quiere desaparecer! Pero tranquila, sí es posible deshacerte de esa desagradable grasa subcutánea que tanto te molesta.

Grasa Subcutánea
Primero que nada, hay que saber qué es esa grasa subcutánea y cómo se forma. La grasa subcutánea es grasa que se aloja por debajo de la piel y alrededor de tus abdominales y órganos internos.
Cuando perdemos grasas, hay una grasita del cuerpo que se niega a salir; y es lógico, tu organismo trata de mantenerla para distribuirla por el cuerpo; así que, no es razonable pensar que te desharás de ella completamente, pues hay un porcentaje saludable de esta grasa que debes mantener.
Ahora que sabemos qué es la grasa subcutánea y cómo se forma, es hora de identificar dónde la tienes alojada tú, ya que no ocurre igual en todos los cuerpos; hay algunas personas a las que se le aloja en los muslos o en los glúteos; entonces, en base a eso vamos a elegir qué rutina de ejercicios hacer y qué comer, para facilitar el proceso de reducción de esa grasa subcutánea indeseable
Ejercicios que debes hacer para Eliminar la Grasa Subcutánea
Las células grasas tienen una especie de membranas, donde reciben señales del cuerpo; este le dice qué grasa eliminar, qué movilizar o cuál grasa guardar. Es importante comprender que la mayor parte de esta grasa es usada por el cuerpo, y tenderá a guardarla; lo que haremos es tratar de obligar al cuerpo a moverla o distribuirla mejor con ejercicios.
La grasa subcutánea es la grasa que se encuentra en el abdomen y la parte baja de la espalda en los hombres y en los muslos de las mujeres. Además, en estas partes hay menor flujo sanguíneo. Por eso, cuando estás perdiendo grasa, cuesta mucho más trabajo conseguir que la grasa salga de las células adiposas en estas zonas. Las células tienen pocas “membranas” y no reciben suficientes señales. Son células de grasa sordas.
Primer Paso: Movilización de la Grasa
Lo primero que hay que hacer para quemar esa grasa difícil es sacarla de la célula. Esto lo haremos aumentando el nivel de las señales químicas que reciben los receptores.
La forma más efectiva es el ejercicio intenso, a un nivel elevado cerca del 100% de tu capacidad. Los ejercicios suaves no llegan a movilizar la grasa de las partes difíciles.
Además, en tus células de grasa hay otros receptores encargados de detectar los niveles de insulina. La insulina no solo impide que la célula libere los ácidos grasos, sino que ordena a la célula que almacene más grasa.
Necesitas tener niveles bajos de insulina para que esto funcione. Esto se consigue limitando la ingesta de hidratos de carbono antes del ejercicio; o aún mejor, evitando comer tres horas antes.
Segundo Paso: Quemar la Grasa Movilizada
Ahora hay que quemarla. De otra manera, esta grasa que hemos movilizado volverá al mismo sitio por el torrente sanguíneo.
La grasa de tu cuerpo sirve como combustible, por tanto necesitas que el organismo consuma primero esta grasa; para ello, evitaremos ingerir alimentos tres horas antes de iniciar nuestros ejercicios intensos; obligando al cuerpo a usar esta grasa para movilizar los músculos, por lo tanto se consume.
Para quemar la grasa movilizada no se debe continuar con ejercicios muy agresivos, porque la grasa no se oxidaría con suficiente rapidez, y tu cuerpo empezaría a quemar músculo en su lugar. Es el momento de hacer ejercicios más suaves, que cueste trabajo, pero que te permita hablar.
Ataque Estratégico a la Grasa Subcutánea Resistente
Si has entendido todo lo anterior, este es el plan para acabar con la grasa obstinada:
- No comas nada en las tres horas anteriores al ejercicio. Por lo cual hagamos ejercicios en la mañana.
- Bebe mucha agua, si tienes té verde mejor, porque el té verde ayuda muchísimo a la eliminación de grasa.
- Puedes hacer el programa de ejercicio corriendo, en una bicicleta estática, elíptica, subiendo cuestas o cualquier otra actividad que te permita regular la intensidad.
Ejercicio
- 5 minutos de calentamiento: comenzar caminando y aumentar progresivamente la velocidad hasta llegar a un trote suave.
- 6 intervalos: correr a toda velocidad durante 30 segundos y después caminar durante un minuto. Repetir seis veces. Así se moviliza la grasa y se elimina el glucógeno en los músculos.
- 1 minuto de enfriamiento: caminar suavemente
- 20 minutos de cardio a ritmo constante para quemar la grasa movilizada
- Trota a ritmo suave y constante para que tus pulsaciones estén cercanos al 60% de tu máximo.
- Haz esta rutina dos o tres veces por semana, en días alternos con ejercicio de fuerza, como las pesas.