La explosión en el sector ecommerce se aceleró en 2020 y 2021, debido a la pandemia de Covid-19, aunque ya se venía intuyendo desde varios años atrás. Según datos provenientes de Statista, el año pasado el 26% de los españoles compramos al menos una vez por semana a través de internet. Una cifra más que sorprendente.
Como resultado de este incremento de la demanda, la proliferación de las tiendas online se ha acelerado. También ha ayudado la facilidad que existe en la actualidad para crear una tienda online. Las barreras de entrada en este negocio son muy bajas, tanto en el aspecto tecnológico como en el coste necesario para iniciar la actividad.
Sin embargo, la mayoría de estos comercios digitales cierran antes de cumplir los dos años. Una de las razones es precisamente la facilidad de entrada de la que hablamos. Mucha gente desarrolla una tienda online sin hacer ningún estudio previo y sin conocer ni remotamente cómo funciona un negocio de este tipo.
Uno de los aspectos que más quebraderos de cabeza produce cuando gestionamos un ecommerce es la logística. La logística, fundamentalmente, consiste en guardar de manera ordenada nuestros productos en un almacén, para enviarlos al cliente cuando este realice un pedido. Pero algo tan sencillo sobre el papel, se convierte en ocasiones en una pesadilla. Por ello, vamos a darte una serie de consejos para mejorar la logística de tu tienda online:
Elije un buen almacén donde guardar tus productos hasta que sean vendidos. Este debe tener las condiciones necesarias para que nuestra mercancía se conserve en perfecto estado. Debe, además, permitirnos mantener los productos ordenados, así como realizar un control eficiente del inventario. Por supuesto, este también tiene que estar bien situado, para que los pedidos lleguen en el menor tiempo posible a los clientes.
Selecciona cuidadosamente el transporte. Hay almacenes que se encargan ellos mismos de gestionar el transporte y hay tiendas que prefieren hacerlo ellas mismas. También las hay que utilizan sus propios camiones y no ceden el transporte a un tercero. Sea cual sea tu decisión, asegúrate del buen funcionamiento del transporte. Si los pedidos no llegan en tiempo y en buen estado al cliente, tu negocio tendrá problemas para competir en un sector tan saturado.
Cuida la comunicación, tanto entre empleados, como con proveedores y, por supuesto, con el cliente final. Cualquier fallo de comunicación en el proceso puede provocar problemas en el envío, lo que conllevará inevitablemente una imagen poco profesional. Especialmente importante es que el cliente sepa en todo momento el estado y la localización de su pedido.
En la medida de lo posible, trata de planificar la demanda futura. Debes intentar mantener un equilibrio entre oferta y demanda. La clave es tener siempre disponible los productos que vendas. Si estos no son perecederos y tienes ciertas garantías de que podrás darles salida, puedes pensar en adquirir grandes cantidades de producto. De esta manera, tendrás mayor poder de negociación a la hora de negociar el precio con los proveedores y, por tanto, será más factible obtener un precio unitario menor.
Considera crear un buen packaging. El packaging es un poderoso elemento de marketing. Trabájalo. Trata de que sea fácilmente almacenable, reutilizable y, a poder ser, barato.