La era digital y la evolución de la tecnología ha cambiado la forma en la que vivimos. La forma de interactuar entre nosotros ha cambiado y esto afecta notablemente al mundo laboral, donde han aparecido nuevos códigos sociales.
Debido a esto, la forma en que trabajamos ya no es la misma que hace unas décadas. La influencia tecnológica de nuestro mundo ha entrado de lleno en los procesos empresariales, logrando mejorar la productividad y maximizar los beneficios de las empresas.
En medio de esta vorágine de cambios ha aparecido una nueva forma de trabajar, una idea innovadora que ya es tendencia y sigue creciendo a pasos agigantados. Hablamos del coworking.
Los espacios de coworking se multiplican
Tanta es la demanda de esta nueva forma de trabajar que hoy, los espacios dedicados al coworking en Madrid se han multiplicado por cinco respecto a los que existían hace tan solo tres años. Y no solo eso, sino que según las cifras recogidas en los últimos estudios, estos espacios registran una ocupación superior al 50%.
Esto se debe fundamentalmente a la flexibilidad de esta modalidad de trabajo. Para los que no sepan de lo que estamos hablando, el coworking se basa en la idea de compartir un mismo espacio laboral entre distintas empresas, es decir, podríamos hablar con propiedad refiriéndonos a una oficina compartida. Esto permite compartir ideas y proyectos, a la vez que establecer una red de contactos y colaboradores estable y que posibilitan el rápido crecimiento del negocio.
En sus inicios, el coworking era un modelo que principalmente utilizaban freelancers, pymes o empresas de reciente creación. Pero en la actualidad, todo tipo de empresas están apostando por las ventajas del coworking. El contacto entre profesionales de diferentes sectores en un mismo espacio físico es una herramienta de enriquecimiento profesional y ofrece mayores oportunidades de negocio.
Otra de los motivos por los que el coworking ha experimentado el crecimiento mencionado es porque ofrece una optimización de costes a las empresas, pues permite un cambio de ubicación rápido a una localización estratégica, con oficinas privadas y colaborativas que, además, pueden adaptarse al crecimiento de cada compañía.
Todas las ventajas del coworking para las empresas
Como ya hemos mencionado anteriormente, la principal ventaja del coworking, aunque no la única, es la flexibilidad. Gracias a este modelo, las empresas pueden adaptar su oficina al personal necesario en cada momento, eliminando periodos de contratación más largos de lo deseado.
Por otra parte, el coworking aumenta la interactuación entre profesionales de diferentes ámbitos, por lo que genera más oportunidades de negocio y de generar contactos y clientes, acelerando el crecimiento de las empresas y, lógicamente, sus ventas y beneficios.
Tampoco hay que olvidar que optar por un espacio de coworking en un lugar adecuado, donde se concentren proveedores y un núcleo de clientes importantes es una forma de aumentar la visibilidad de la empresa a la vez que se ahorra en costes logísticos. Por este motivo, las oficinas de coworking suelen estar localizadas en puntos populares dentro de las principales ciudades del país.
En cuanto a el ahorro de costes, no sólo se ahorra en logística, como avanzábamos unas líneas atrás, sino que se comparten otros gastos, como los suministros, mobiliario, personal de recepción, etc.
Por último, echando un vistazo a la productividad, este tipo de espacios de trabajo tienen la virtud de crear un clima adecuado para la concentración y el esfuerzo que requiere un mercado laboral cada vez más competitivo. Pero también zonas de descanso, donde desconectar durante unos minutos para cargar las pilas y volver al trabajo repletos de energía.