A estas alturas, la mayor parte de la población mundial es consciente de que el cambio climático es un problema serio que hay que atajar lo antes posible. Existen multitud de gestos que ayudan a frenar el cambio climático y uno de los más importantes pasa por conservar los bosques.
Los bosques intervienen de ambas formas en el cambio climático. Por un lado, los bosques absorben hasta una tercera parte del total de emisiones del dióxido de carbono generado por la quema de combustibles; por otro lado, la deforestación y degradación de los bosques supone en torno al 12% del total de emisiones de gases de efecto invernadero.
Se estima que hay una cantidad de hectáreas en todo el mundo similar a la superficie de Sudamérica de bosque que puede (y debe) ser regenerado. Y es que los bosques no solo nos ayudan a combatir el cambio climático, también nos proveen de materias primas y sirven como hábitat para numerosas especies animales y vegetales. Gracias a programas basados en datos de satélite, como Forest Monitoring de EOS Data Analytics, es posible impulsar un uso sostenible de ellos.
¿Por qué es tan importante conservar los bosques?
Además de los datos ya mencionados anteriormente respecto al cambio climático, hay otros tanto o más importantes: casi el 25% de la población mundial depende de los bosques, de un modo u otro, para su subsistencia y mueve miles de millones al año en materias y servicios.
Más allá de números, los bosques proporcionan un equilibrio a la Tierra. Sin ellos, la temperatura crecería, las lluvias disminuirían y muchos lugares ahora verdes y prósperos se convertirían en páramos áridos y secos. Esos cambios, a su vez, provocarían grandes deshielos en los polos y las montañas.
No solo eso, albergan casi el 80% de la biodiversidad terrestre del planeta. Si los bosques desaparecieran, muchas especies animales morirían y otras tantas se verían desplazadas a otros hábitats, incluyendo lugares poblados por el ser humano, lo que también podría alterar de forma drástica su comportamiento, perturbando ecosistemas enteros.
Formas críticas de conservar los bosques
Estas son algunas de las opciones que ayudan a conservar mejor los bosques:
- Tala controlada y planificada
Una de las razones por las cuales se produce la deforestación es por la tala de árboles para su posterior uso comercial. Aunque se puede pensar que hay árboles suficientes, lo cierto es que, si se tala una zona sin control y a gran escala, es imposible volver a recuperarla.
Por ello, es necesario realizar una tala selectiva, estudiando previamente qué árboles pueden ser cortados para satisfacer la demanda comercial. Por ejemplo, una de las técnicas consiste en cortar los árboles de una edad similar y volver a replantar con árboles nuevos en los huecos que han quedado libres.
- Control sobre los incendios forestales
Normalmente, las mayores pérdidas de bosques se producen por incendios forestales, independientemente de si son provocados o naturales, ya que una vez que empieza uno es difícil de controlar y extinguir.
Aunque ya existen algunas técnicas que permiten ‘controlar’ un incendio, como es el caso de los cortafuegos, es conveniente adoptar tecnología que sirva para detectar incendios y reducir el tiempo de reacción entre que el incendio comienza y se empieza a extinguir.
- Reforestación
La idea principal para cualquier explotación debería ser que cada árbol que se tala debe ser reemplazado plantando uno nuevo. De este modo, se mantiene un equilibrio y no se pierden unidades con el paso del tiempo. Asimismo, cualquier zona devastada, sin importar si fue algo natural o causado por el hombre, también debe ser replantada.
Naturalmente, las especies de árbol que se van a plantar deben seleccionarse en función de la localización geográfica y las condiciones específicas de la zona.
- Adecuada utilización de los bosques
En general, al talar un árbol, el tronco es la parte que se consume y el resto de partes (ramas, follaje, el tocón) se abandonan sin recoger y/o se desechan sin darles un uso. No sólo conviene limpiar la zona de residuos (en caso de incendio, serían alimento extra para las llamas), también es necesario replantearse qué posibles usos podemos darle a estas partes.
Salvar los bosques para combatir el cambio climático
Los bosques son un vórtice de captura de dióxido de carbono, de hecho, se estima que hasta mediados de siglo hayan capturado hasta 6 gigatoneladas de CO2 si se empiezan a adoptar formas de gestión forestal sostenibles.
No obstante, todo esto pasa por mitigar la huella de carbono que producen los sectores que más contribuyen al cambio global, como son la industria, la electricidad o el transporte, por nombrar algunos. Una de las posibles soluciones sería dar incentivos por parte de los gobiernos a aquellas empresas que cumplan con los objetivos de emisiones reducidas o que dediquen esfuerzos a repoblar los bosques plantando nuevos árboles.
Sea cual sea la solución planteada, lo único claro es que proteger los bosques es un asunto capital en la lucha contra el cambio climático, pues no solo son el hogar de multitud de especies, también son uno de nuestros mayores aliados contra los gases de efecto invernadero, capturando grandes cantidades de ellos.