Como cada año, llega enero en la mayoría de las personas en España se encuentran afrontando un mes en el que el ahorro pasa a ser la prioridad. La famosa cuesta de enero acostumbra a responder a un gasto excesivo durante las navidades para comprar regalos o ir de vacaciones, y también a la llegada de los nuevos precios con los que los supermercados y muchas otras tiendas actualizan sus tarifas cada año.
Normalmente la cuesta de enero no nos pilla de sorpresa, pero este año es cierto que parece que se acumulan los gastos mientras que el aumento en los ingresos no termina de llegar. Al aumento en la tarifa de la luz y del gas que se está sufriendo en muchas partes del mundo y que incluso ha provocado revoluciones como la que está teniendo lugar en Kazajstán, hay que sumar además una inflación inusualmente alta debido a las ayudas gubernamentales emitidas durante la pandemia y a la corrección de los precios después de un año de inflación negativa.
Sumándolo todo, lo cierto es que cada vez hay que ingeniárselas mejor para encontrar las mejores maneras de ahorrar en un contexto donde todo sube, menos los salarios. Y mientras que no debería haber demasiado problema renunciando a artículos de entretenimiento o a viajes vacacionales, las cosas se ponen más complicadas si tenemos que comprar artículos de primera necesidad y las cuentas no nos dan.
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La comparación de precios en los supermercados es tu principal herramienta
Toca entonces ponerse manos a la obra y comenzar a buscar las mejores soluciones para ahorrar en nuestra cesta de la compra. Mantener nuestros hábitos habituales, seguir yendo al supermercado de siempre y comprar exactamente lo mismo solo conseguirá que gastemos más y que nuestra economía se resienta. Por eso es importante comparar ofertas de Ahorramas, Dia, Lidl o Carrefour para comprobar cuáles son los supermercados que tienen los mejores precios para los productos que queremos comprar.
Lo más probable es que no encuentres un supermercado que tenga los precios más baratos en todo, así que te conviene ir anotando cuáles son los precios más razonables de cada producto en cada uno de los supermercados. Después de hacer esta lista, por ejemplo creando una tabla en Excel, te resultará mucho más fácil decidir qué comprar en cada uno. Luego solo será cuestión de hacer parte de tu compra era un supermercado un día de la semana, y luego la otra parte en otro la siguiente vez. Notarás los resultados en tu bolsillo muy rápidamente.
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Las marcas blancas pueden ser una gran solución
Si ya comprabas marcas blancas, esta solución no es para ti porque ya la estabas aplicando en tu compra diaria. Sin embargo, si hasta ahora has seguido comprando productos de marcas de primera línea como Gallo, Maggi, Kelloggs o muchas otras, es probable que tu mejor solución pase por cambiar estos productos por otros de marca blanca, al menos en parte.
Los precios de las marcas blancas pueden ser hasta 3 veces más baratos que los de las marcas de primera línea, y la diferencia entre gastar €100 en productos de marcas blancas o €300 en productos de marcas populares es realmente notable. Y aunque es cierto que la calidad de las marcas blancas no suele ser tan buena como la de las marcas más famosas, también es cierto que el precio que pagas por un producto de marca suele estar inflado para poder financiar justamente los gastos en publicidad y la presencia en las mejores estanterías de los supermercados.
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Modifica tus hábitos de compra y apuesta por productos diferentes
Durante un mes en el que no se tiene mucho dinero para realizar la compra del supermercado, es evidente que conviene priorizar la compra del arroz o de la pasta y dejar de lado la compra de las patatas fritas y las galletas de chocolate. A ninguna persona con un mínimo sentido de la responsabilidad le hace falta que le recuerden cuáles son los alimentos que constituyen la base esencial de una dieta equilibrada.
Sin embargo, dentro de una dieta correcta sigue habiendo una gran cantidad de modificaciones que puedes hacer en tu cesta de la compra. Cambiar unas carnes por otras, elegir productos de temporada o renunciar a la bollería en los desayunos pueden ser grandes maneras de ahorrar y mantener relativamente intactos nuestros hábitos.
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No olvides los pequeños comercios
Si tienes la posibilidad y el tiempo para pasarte por los comercios locales de tu barrio o los puestos del mercado, es muy buena idea que los tengas en cuenta a la hora de complementar la compra de tu canasta básica. Gracias a estos comercios tendrás acceso a frutas, verduras, carnes o pescados procedentes de productores locales que no están disponibles en muchos supermercados.
Aunque algunos supermercados suelen cargar un extra por este tipo de comida local y sana, en las pequeñas tiendas locales no solo no tendrás que pagarlo sino que además te ahorrarás el precio del distribuidor, con lo que puede que consigas precios más baratos en productos de mayor calidad.