Hacer las cosas bien o querer que otros las hagan bien no tiene nada de malo. De hecho hay un proverbio que dice que quien es hábil en su trabajo “estará de pie ante reyes, no ante la gente común”. Por eso; para dejar de ser perfeccionista, hemos de identificar en nosotros ciertos aspectos, aquí te hablaremos de ellos y cómo evitar esta tendencia que nos perjudica gravemente.
Pensemos por un momento en cual es el problema del perfeccionista; esta persona vive su obsesión por no cometer un error nunca, es irrazonable o poco realista en lo que se espera de otros, en que no se atreve a pedir ayuda por temor a decepcionar a alguien o que pospone las cosas por temor a que no quede perfecto.
¿Verdad que todo lo mencionado hace que se pierda la alegría de vivir? Cuando los que nos rodean piensan que somos perfeccionistas o demasiado exigentes se alejan de nosotros y perdemos la oportunidad de tener buenos amigos. Querer ser perfectos nos ocasionará dolor y es tan absurdo como querer tocar el cielo con nuestras manos. Si este es tu caso, ¿cómo puedes dejar de ser perfeccionistas?
Cómo dejar de ser perfeccionistas
Una gran mentira es convencernos de que se puede hacer las cosas sin cometer ni un error, cosa que es imposibles pues nadie en la vida es perfecto. El primer cambio que tienes que hacer es en tu mente, tus conceptos de perfección y forma de exigir de los demás.
- Cambia tu concepto de lo que es ser exitoso: Cuando alguien logra ser el primero en algo, con el tiempo llega alguien que lo deja atrás. Los japoneses tienen un concepto del éxito que les ha funcionado muy bien: “Voy a hacer mi mejor esfuerzo”. Está claro que el éxito está, no en hacerlo mejor que los demás, sino en hacer lo mejor que puedas.
- Pon los pies en la tierra: Trázate metas teniendo en cuenta tu capacidad y tus limitaciones. Reevalúa tus metas: si tus objetivos son demasiado difíciles de alcanzar, ve si eres demasiado exigente contigo mismo y con los demás. Recuerda, no tienes la obligación de ser perfecto; sino trata de hacer lo que puedas, lo mejor que puedas.
- Aprende algo nuevo: Esto te ayudará a cultivar humildad, pues si tratas de que no lo tomarlo tan a pecho, aprenderás que se pueden cometer errores. Para progresar en la vida, y en cualquier otro campo como aprender un nuevo idioma, coser, entre muchas otras cosas. Superar el temor a cometer errores, porque si cometerás errores. Pero no cometerás el mismo error dos veces, por lo que aprenderás de ellos, a esto llamamos, progreso o avance.
![perfeccionista](http://www.latarde.com/wp-content/uploads/2020/01/bullseye-aim-sport-target-dart-competition-1588927-pxhere.com_.jpg)
Reconoce tus límites, así puedes dejar de ser perfeccionista
¿Has escuchado el refrán “dañando tela se aprende a coser”? Pues es cierto, para dejar de ser perfeccionista quita de tu mente los pensamientos que derrumban. “haz tu mejor esfuerzo” y evalúa cómo reaccionas cuando te equivocas y cuando se equivocan, también trata de verlo con un mejor sentido del humor. Esto te ayudará a que los seres queridos que te rodean se acerquen a ti al ver que te estás haciendo más razonable.
Esto último producirá una interacción que te motivará a seguirte esforzando en hacer los cambios para dejar de ser perfeccionista. Además, lo que muchos desean no es tener a un Don o Doña Perfecta a su lado, sino a alguien compasivo, amoroso y leal.
De vez en cuando reincidirás en tu obsesión por lograr que todo quede perfecto o porque los demás hagan las cosas perfectas, pero cultivar la MODESTIA te será de mucha ayuda para dejar de ser perfeccionista.
La modestia, en contra posición del perfeccionismo, es reconocer las propias limitaciones y respetar por los sentimientos y la opinión de otros; esto no significa que apruebes todo lo que dicen, sino más bien aceptar sin jugar, total, las otras personas tienen derecho a pensar lo que piensan.
Si haces el esfuerzo porque esto llegue a ser parte de tu personalidad, habrás avanzado mucho en el objetivo de dejar de ser perfeccionista y disfrutarás de mejores relaciones con quienes te rodean y de los logros razonables que alcances.