El reparto de las herencias es un asunto que, en muchos casos, suele dar más de un quebradero de cabeza, e incluso pueden llegar a producirse disputas y enfrentamientos entre los diferentes miembros de una familia, momentos en los que se agradece la figura del albacea.
El albacea es una persona que se encarga de asegurarse del cumplimiento de las últimas voluntades presentadas por el testador y minimizar los conflictos derivados de las mismas. El albacea goza de ser la máxima persona de confianza que tomará el papel de figura jurídica en el Derecho hereditario, regulada en el Código Civil de España.
Nunca está de más contar con ayuda de expertos que ayuden a clarificar las medidas a seguir y las distintas responsabilidades que se deban asumir, interviniendo en casos en los que se produzca algún tipo de litigio entre herederos o con el propio albacea, como https://www.catala-reinon.es/despacho-abogados-barcelona.
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Para que una persona pueda ser albacea ha de cumplir un solo requisito por ley, tener capacidad para ello, ya que es un cargo completamente voluntario, pudiendo rechazarlo siempre y cuando se aleguen unos motivos justos, ante un juzgado o ante notario.
Tener un albacea asegura una mayor celeridad y garantiza que se cumple lo acordado con anterioridad, ya que será quien se encargará de administrar los distintos bienes y repartirlos de la forma adecuada, minimizando los problemas.
En el caso de que el testador no hubiera nombrado a su albacea, la responsabilidad de hacer cumplir los deseos del mismo, son los herederos.
Tipos de albacea
En primer lugar, cabe destacar que el testador puede nombrar a más de un albacea y pueden corresponder a distintos tipos, los cuales se muestran a continuación.
En el caso del albacea particular, al mismo se le encomienda una o varias tareas asociadas con la herencia, siempre y cuando el albacea se encuentre con la presencia de un heredero o herederos.
Por otro lado, se encuentra la figura del albacea universal, siendo este totalmente independiente al heredero. En este caso, es el propio albacea el que adquiere la responsabilidad de llevar a cabo la total gestión de la herencia del testador.
Funciones y obligaciones del albacea
Tal y como se ha indicado con anterioridad, el cometido fundamental de esta figura jurídica es asegurar el cumplimiento de los deseos de la persona que ha fallecido, pero existen otras labores específicas derivadas de la principal.
Una de las funciones del albacea es organizar y abonar todos aquellos gastos y sufragios derivados del funeral de la persona que deja herencia.
Una vez comienza la vigencia del albacea, tiene la obligación de encargarse de mostrar las gestiones y tareas que deba llevar a cabo de cara a los herederos.
Por otro lado, el Albacea también vela porque lo indicado en el testamento se ejecute adecuadamente, custodiando los bienes incluidos en el testamento hereditario.
Debido a su carácter personalizado, el Albacea debe realizar él mismo las funciones encomendadas, sin posibilidad alguna de delegarlas en otra persona, sin que el testador lo haya autorizado expresamente.
Una de sus obligaciones, en caso de que no acepte su nombramiento como albacea, es informar en un plazo máximo de 6 días desde que conozca su nueva responsabilidad en relación con las funciones encomendadas.
Por último, y para terminar con el largo listado de las labores que debe llevar a cabo el albacea, es que hasta que no cumpla todas las responsabilidades establecidas por el testador, deberá seguir desempeñando su cargo, con el fin de cumplir las últimas voluntades de la persona fallecida que haya dejado la herencia en cuestión.