El bótox o toxina botulínica es uno de los principales tratamientos que se solicitan en los centros estéticos profesionales en todo el mundo. La medicina estética, la emplea para eliminar los signos de envejecimiento, como las arrugas estáticas, dinámicas o de expresión.
¿Qué es el bótox?
El botox Madrid se ha convertido en los últimos años en un tratamiento de tipo ambulatorio inocuo e indoloro para combatir las arrugas y líneas de expresión. Pero antes de convertirse en un procedimiento no invasivo tan exitoso, cabe resaltar la singular historia detrás del origen del bótox.
El bótox es una toxina producida a partir de neurotoxinas de la bacteria ‘clostridium botulinum’. Esta bacteria se encuentra generalmente en el suelo y prolifera en lugares con poco oxígeno. Además, estas neurotoxinas se consideran peligrosas, porque al ingerirse en alimentos contaminados pueden causar intoxicaciones, como el botulismo humano.
Sin embargo, el bótox como se conoce hoy en día, es producto de diferentes estudios científicos que se realizaron en el mundo de la medicina a partir de la década de 1970. En principio, pequeñas dosis de la toxina botulínica fueron aprobadas para el tratamiento de ojos cruzados y contracturas en el cuello en 1989.
Desde entonces, instituciones y autoridades científicas han aprobado el uso del bótox para tratamientos cosméticos y estéticos, así como para tratar diversas patologías, como problemas de la vejiga, espasmos en los párpados, migraña, sudoración excesiva, o el bruxismo y la sonrisa gingival.
Bótox: el tratamiento más efectivo contra el bruxismo y la sonrisa gingival
El uso cosmético del bótox ha sido una de las aplicaciones más populares entre hombres y mujeres que desean tener una piel de aspecto juvenil. No obstante, el bótox también se ha extendido a usos no cosméticos, como el tratamiento para el bruxismo y la sonrisa gingival.
Tratamiento de bótox para el bruxismo
El bruxismo es un trastorno que consiste en el rechinamiento inconsciente de los dientes. Sus causas aún son desconocidas, pero este hábito está relacionado con factores genéticos, psicológicos y físicos, así como con altos niveles de ansiedad, tensión y estrés.
Los estudios más recientes revelan que siete de cada 10 personas sufren de bruxismo, lo que la convierte en una patología muy común, de forma que provoca dolencias físicas como dolores de cabeza, migrañas, dolor de oído o dolor facial. Asimismo, quienes padecen este trastorno pueden sufrir problemas dentales, como el astillado de los dientes, la pérdida de esmalte dental o la hipersensibilidad en las piezas dentales.
Afortunadamente, los tratamientos de bótox han demostrado una alta eficacia al momento de aliviar los síntomas y dolores asociados al bruxismo.
A diferencia de otros procedimientos y métodos, como los aparatos dentales para proteger los dientes del rechinamiento o los medicamentos antiinflamatorios, las inyecciones con pequeñas dosis de toxina botulínica en el músculo masetero (responsable de los movimientos de la mandíbula) lo relajan, así, el bótox logra tratar con precisión la fuente del problema.
El bótox para el bruxismo detiene los movimientos inconscientes, como apretar los dientes o su rechinamiento, mientras permite los movimientos voluntarios (expresiones faciales, hablar, masticar, etcétera) para llevar una vida normal.
Tratamiento de bótox para la sonrisa gingival
La sonrisa gingival se entiende como una deformidad con la que se evidencia una desproporción entre la encía y el diente. Al sonreír, los pacientes que sufren sonrisa gingival, suelen exponer excesivamente sus encías.
Existen diferentes tipos de sonrisa gingival, que pueden ir desde una alteración facial leve (muestra entre 2 a 3 mm de encía), a moderada (muestra de 4 a 6 mm de encía) o severa (se expone más de 6 mm de encía al sonreír).
La sobreexposición de las encías al sonreír puede ser causada por diferentes factores, como el exceso de encías, el desgaste de las piezas dentales o, incluso, tener dientes muy pequeños. Cualquiera que sea el causante de la sonrisa gingival, algunos pacientes se someten a distintos tratamientos para obtener resultados estéticos que les permitan disfrutar de una sonrisa más bonita y atractiva.
En este sentido, el bótox para la sonrisa gingival constituye un tratamiento no quirúrgico y no invasivo. Con una inyección de toxina botulínica, el músculo del labio superior se relaja, dificultando así su elevación al sonreír. De esta manera, el paciente puede presumir de unas encías cubiertas.
Principales cuidados después del tratamiento de bótox
El tratamiento de bótox para el bruxismo y la sonrisa gingival es un procedimiento indoloro y seguro que solo toma algunos minutos. Sin embargo, el éxito de los resultados y los efectos del bótox para estas patologías, residirá fundamentalmente en el post-tratamiento que lleve a cabo el paciente tras salir del centro médico.
Entre los principales cuidados, caben destacar los siguientes:
- Evitar masajear o tumbarse sobre la zona tratada, al menos, durante las primeras 4 horas del tratamiento.
- Evitar presionar la zona tratada con toxina botulínica.
- No realizar ejercicio físico durante las primeras 24 horas.
Si bien es cierto que el bótox es un importante aliado para la juventud eterna, también es una toxina que ofrece soluciones efectivas ante patologías como el bruxismo y la sonrisa gingival. Lo mejor de la toxina botulínica, es que se trata de un procedimiento no quirúrgico, y cuenta con un porcentaje muy bajo de efectos secundarios.
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