“La energía es el factor que contribuye principalmente al cambio climático y representa alrededor del 60% de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero”. Con este dato en mente, en septiembre de 2015 los líderes mundiales fijaron los Objetivos de desarrollo sostenible para 2030 con las energías renovables en el foco. Y es que durante décadas, las fuentes principales de producción de electricidad han sido los combustibles fósiles como el carbón, el gas o el petróleo. Unos materiales cuya quema produce grandes cantidades de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático y tienen efectos perjudiciales para la población.
Por ello, las energías renovables basadas en la energía producida por el aire, el sol o el agua son una alternativa no solo interesante para luchar contra el calentamiento global sino también para mejorar la eficiencia energética y abaratar el precio a través de fuentes inagotables. Así pues, ¿qué son las energías renovables y cómo actúan? Lo explicamos con todo detalle.
¿Qué es una energía renovable?
Las energías renovables son aquellas que se producen a partir de fuentes naturales potencialmente inagotables o que se puedan regenerar. A diferencia de las energías convencionales, estas no producen gases de efecto invernadero y su impacto medioambiental es muy limitado. Por todo ello, son consideradas energías limpias y no contaminantes.
Algunos de los ejemplos más conocidos de las energías renovables son la energía fotovoltaica, la energía eólica, la hidráulica y la biomasa, entre otras.
El concepto “energía alternativa”, que hacía referencia a todas aquellas que no fueran las tradicionales, nació en los años 70, cuando empezó a tenerse en cuenta la posibilidad de que las energías de procedencia fósil se pudieran agotar en un plazo relativamente corto de tiempo. Esto unido a la necesidad de un desarrollo más sostenible y autosuficiente y de luchar contra las posibles crisis energéticas ha provocado que las energías renovables estén en pleno auge.
Para qué sirven las energías renovables
Desde conectar un enchufe o cargar el móvil hasta encender la luz, activar los sistemas de calefacción o ir en transporte público puede ser una realidad gracias a las energías renovables. Las utilidades de este tipo de energías son las mismas que las tradicionales variando solamente la fuente de procedencia.
Las renovables pueden ser creadas tanto en grandes centrales como en generadores pequeños e instalaciones de autoabastecimiento. De hecho, esta última es otra de las grandes ventajas de este tipo de energías así como que permiten personalizar mucho más la producción y el gasto energético.
Aunque tienen muchas ventajas, uno de los principales inconvenientes de las energías renovables es que son aleatorias y variables. Su fuente es difícil de prever por lo que depende de fenómenos meteorológicos y no se puede conseguir una producción estable y lineal durante mucho tiempo.
Tipos de energías renovables
Aunque hay algunas más, estas son las energías renovables más conocidas, con más proyección y más utilizadas en todo el mundo:
- Energía solar fotovoltaica: Produce electricidad directamente de la radiación solar a través de los paneles solares. Hoy en día se están popularizando las placas solares a pequeña escala colocadas en viviendas y locales particulares por empresas especializadas en fotovoltaica como Amperio.
- Energía solar térmica: Aprovecha la energía del sol para producir calor o para producir energía mecánica y posteriormente eléctrica.
- Energía hidráulica: Las centrales hidroeléctricas utilizan la fuerza del movimiento del agua de los ríos y corrientes para poner en funcionamiento turbinas que mueven generadores eléctricos.
- Energía eólica: Mediante grandes turbinas eólicas, se obtiene la energía de la fuerza del viento y la que se crea por las grandes corrientes de aire.
- Biomasa: Utiliza los residuos de materia orgánica como fuente de energía. Los recursos pueden ser agrícolas, forestales, industriales y hasta procedentes de aguas residuales o la parte orgánica de los residuos sólidos urbanos.
El desarrollo y el despliegue de instalaciones de energías renovables es esencial para alcanzar el objetivo de energías renovables marcado para 2030, un horizonte en el que están puestas todas las miradas.