Aunque pienses que sea una broma, entre más edad y más grande sea el pez, hay más riesgos de terminar intoxicarnos gracias a la propia contaminación del mismo animal. Se consideran que los peces más viejos terminan intoxicados debido a las aguas que el mismo ser humano ha envenenado.
No hay que ser un experto para darse cuenta de que el medio natural anda mal, y el humano se verá igualmente perjudicados. La contaminación de los mares hace que los peces más viejos almacenen una abundante cantidad de metales pesados y productos químicos que son muy nocivos en sus tejidos. El pez terminará muriendo cuando la contaminación satura su cuerpo o por progresivo debilitamiento del sistema inmunitario.
Aunque pueda parecer algo egoísta y solo mirar nuestro beneficio propio, y la respuesta básicamente un SÍ rotundo; sin embargo, las administraciones y gobiernos prefieran no difundirlo.
Pero hay entes que si han investigado y han deducido como hemos llegado a tan terrible realidad y qué hay hacer al respecto para solventar la situación.
Para los amantes del pescado lo más recomendable del momento es comer sardinas que aparte de ser baratas, son sanas para su salud y nutritivas.
Ya que por ejemplo comer pez espada, no es de vida o muerte, como sucede con el pez globo, venenoso por magnificencia. Aunque debemos tener claro que los metales pesados suelen ser “asimilados” por nuestro organismo, pero si se consumen muy seguidos podrá notar una debilidad la larga. Primero son envenenados los animales, luego terminamos siendo envenenados nosotros mismos.
Ballenas y metales pesados
Las ballenas depositan en sus órganos una gran cantidad de metales pesados. Al estudiar actualmente los cadáveres de diferentes ballenas varadas, se reveló que estaban muy contaminadas.
Las vísceras estudiadas por biólogos tenían una gran cantidad de sustancias tóxicas que preocupo a los expertos. Sus cuerpos tenían hasta 20 veces más de cadmio y mercurio que las cantidades ya encontradas antes en otros ejemplares. Las ballenas recorren, en teoría, las frías y más limpias aguas del océano Ártico, retiradas de cualquier espacio industrial costero, hasta los territorios del sur. Por eso surge la pregunta de ¿Cómo es posible que el organismo de estas especies estuvieran tan contaminados como si se hubieran vivido en un puerto industrial de metales venenosos?
Los animales igualmente presentaban altas tasas de bifenil-policloruro, un tipo de pesticidas contaminantes y tributilo de estaño usado en pinturas antifooling. Todas estas sustancias posiblemente fueron las causas directas de la muerte y varamientos de los cetáceos encontrados.