Es fácil culpar a la distancia o al terreno cuando aparece una molestia en los pies después de una sesión de running, pero si el malestar persiste, lo más probable es que el calzado sea el culpable. Generalmente, esto se debe a que no se tomaron en cuenta ciertos factores al momento de comprar el par, por lo cual, el rendimiento acaba siendo perjudicado.
No permitas que algo así te pase, mucho menos si recién estás comenzando a practicar dicha actividad: elige unos buenos tenis para correr utilizando la información que encontrarás en nuestro artículo y evita problemas que puedan escalar con el tiempo.
Señales de que el calzado falla
La primera impresión es engañosa, ya que es imposible que sepas si un par de tenis te será funcional solo con probártelos unos segundos en la tienda; además, ten en cuenta que el haber adquirido unos tenis para running no te asegura que el modelo esté diseñado para tu tipo de pisada.
Es durante el uso que aparecen los verdaderos signos de que un calzado está perjudicándote:
- Molestias en el arco o el talón después de correr: Si los tenis no cuentan con una buena estructura en la zona media del pie, el arco se colapsa parcialmente con cada pisada, generando tensión acumulada en el talón o la fascia plantar.
- Dolor en la rodilla: Una técnica errónea no siempre es la culpable. Cuando el par no distribuye bien el impacto, la articulación de la rodilla recibe una carga que la entresuela debió absorber. Es una señal de que la amortiguación no está haciendo su trabajo.
- Sensación de adormecimiento o presión en los dedos: Puede deberse a un upper que comprime zonas sensibles, o bien, por una horma incorrecta para el tipo de pie. En ambos casos, la circulación se ve afectada y se pierde sensibilidad con el tiempo.
- Deslizamiento del talón al acelerar el paso: Unos zapatos que no sujetan de manera adecuada el talón, comprometen la estabilidad general, obligando a otros grupos musculares a compensar el desequilibrio.
- Desgaste irregular en la suela: Una suela que se desgasta más de un lado refleja una pisada desalineada o un soporte deficiente, señal de que el calzado no está corrigiendo, ni acompañando, el movimiento natural del pie.
- Pérdida progresiva de tracción o respuesta: ¿Los tenis se sienten planos? ¿No impulsan como antes? Entonces es probable que la tecnología que traen integrada ya se haya debilitado, aun cuando el exterior luce bien.
Tres cosas que, sí o sí, debe tener tu par de running
Debes aprovechar el inmenso mercado de tenis para hombre y mujer: no te quedes con el primero que te convenza por su estética, evalúa varias opciones antes de tomar una decisión, fijándote, claro, en el diseño, pero también en las características con las que las marcas los han equipado.
Estos son los tres elementos que no son negociables:
Amortiguación: Su función es absorber el impacto y devolver energía, pero sin comprometer el equilibrio. Alternativas como los PUMA Deviate Nitro 3, valen la pena tanto por su espuma inyectada con nitrógeno, como por su placa de fibra de carbono, la cual estabiliza la entresuela y mejora la transferencia de energía.
Ajuste: Tiene que ver con que el pie entre bien en el tenis sin que haya puntos de presión ni zonas flojas. Un upper bien diseñado se encargará de envolver el pie a un nivel apropiado para que no haya deslizamientos, ni siquiera durante cambios de ritmo; además, ayuda a mantener la alineación natural del cuerpo durante toda la zancada.
Soporte: Todos los corredores deben tener una base estable, en especial, si sus sesiones son largas o sobre superficies irregulares, donde una pisada mal contenida puede acumular microlesiones.
Cada tipo de corredor requiere algo distinto
La elección del calzado debe partir de una evaluación del entrenamiento que realizas, la frecuencia, el terreno y tus objetivos personales: una persona que corre distancias cortas tres veces por semana, necesita un perfil de tenis diferente al de quien entrena para un medio maratón o lo hace diariamente. ¿Qué más influye?:
El peso corporal: Quienes tienen una complexión más robusta deben buscar un par con entresuelas que ofrezcan una mejor absorción de impacto. En contraste, corredores de complexión ligera suelen beneficiarse de modelos más reactivos, hechos para brindar velocidad y protección.
La técnica de carrera: Las personas que aterrizan con el talón requieren un calzado que mantenga la zona protegida, mientras que quienes hacen contacto con la parte media o delantera del pie, necesitan una distribución diferente del soporte. Pon atención a la forma en que se mueve tu cuerpo.
El clima y la superficie: El running en asfalto caliente, por ejemplo, exige materiales con mayor resistencia térmica y buena ventilación; por otro lado, para los entrenamientos en rutas mixtas, conviene una tracción diferenciada.
Parece que hay mucha información por recordar, pero no dejes de tomar nota para que tu próxima compra sea inteligente y no producto del azar.
¿Cómo se pueden escoger unos tenis para running sin primero probarlos?
No temas adquirir en línea, existen formas confiables de anticipar si un modelo va a funcionar: empieza por conocer tus propias necesidades; con esa base clara, la descripción técnica de los tenis se convertirá en información útil.
Fíjate en el drop, que es la diferencia de altura entre el talón y el antepié. Si buscas una pisada más natural o tienes sensibilidad en las rodillas, un drop bajo puede ayudarte; por el contrario, un drop más alto te dará mayor protección si eres de los que aterriza con el talón.
Tampoco se te olvide revisar el tipo de espuma que compone la entresuela. Los materiales blandos son perfectos para carreras de recuperación o distancias largas a ritmo moderado; los más firmes, responden de modo óptimo a cambios de velocidad. Ninguno es mejor que otro; solo debes saber cuándo necesitas cada uno.
¿Lo apuntaste todo? Al ser consciente de las características con las que debe estar equipado un calzado para practicar running, podrás tomar decisiones de compra más inteligentes, tanto en una tienda física, como online.