Las sillas de ruedas son una ayuda técnica, un dispositivo físico, que posibilita o mejora el realizar actividades de locomoción que se ven dificultades por deficiencias o minusvalías.
Tipos de sillas de ruedas y sus accesorios
Desde una perspectiva de una persona que puede caminar quizás no se vea de forma tan clara, pero la evolución que ha tenido que sufrir este sector ha sido necesaria, y no solo a nivel de accesos a edificios, sino a través también de estas sillas de ruedas que cada vez son más cómodas y facilitan una mayor movilidad y manipulación del paciente para cuando requiera dejar momentáneamente la silla.
Todos tenemos familiares o amigos que las utilizan a diario y las vemos con cierta frecuencia en las calles. Las Sillas de ruedas son de gran ayuda para las personas discapacitadas a nivel motriz. Les permiten desplazarse con cierta autonomía y rapidez, ya que alguna imposibilidad les impide el caminar.
Hay varios tipos de sillas de ruedas en el mercado, pero en general puede hablarse de cuatro:
- Sillas de ruedas manuales: son las más tradicionales y usualmente son plegables, aunque también las existen de diseño fijo. Para accionarlas el usuario hace girar las ruedas o debe esperar a que alguien los asista y la empuje.
- Eléctricas: disponen de con un motor eléctrico que se alimenta de una batería. Son muy prácticas para el usuario porque se controlan con una sola mano y sin ningún esfuerzo, ya que se mueven simplemente al accionar una palanca.
- Sillas de ruedas para transporte: muy usadas en hospitales y aeropuertos, para ofrecer asistencia en momentos determinados a pacientes o usuarios con movilidad reducida.
- Para niños: su peso, dimensiones y estructura responden a las necesidades de los niños.
El diseño, el material con que está fabricada, su peso y los componentes que la conforman determinan su practicidad y potencial de ayuda, según las necesidades específicas que requiere cada paciente.
La Seguridad Social mediante sus médicos acreditados están en capacidad de prescribir la utilización de este material ortoprotésico y son únicamente ellos los que pueden valorar la situación física y condiciones del paciente, y si es real o no la necesidad de utilizar una silla de este tipo.
A partir de cuando los requisitos se cumplan para otorgar la debida prescripción, es cuando se ha de adquirir la silla de ruedas adecuada en una ortopedia. Existe una gran variedad de modelos con distintas características de uso, según las condiciones del paciente, y con la factura legal correspondiente se puede hace un reclamo en la oficina de la Seguridad Social para que pueda reembolsar el importe que se ha pagado por ella.
Hay accesorios y elementos comunes para casi todas:
- Reposabrazos: proporcionan más ergonomía y comodidad en cuanto a su uso. La comodidad depende de la superficie donde se apoya el brazo. Los que son metálicos y tubulares pueden ser sustituidos por reposabrazos con almohadilla, que pueden ser regulados con menor o mayor altura, lo que proporciona mayor comodidad.
- Reposapiés: es un imprescindible complemento que aporta seguridad y comodidad al paciente o usuario; la estructura de la silla siempre posee un mecanismo donde pueden colocarse. Las últimas salidas al mercado pueden ser reguladas en inclinación, con ángulos de 60, 70 y hasta 90 grados.
- Mantas para sillas de ruedas, rampas para subir o bajar de un vehículo y cojines ortopédicos, son otros accesorios opcionales que pueden adquirirse según la conveniencia del paciente.
Autonomía de desplazamiento con una silla de ruedas eléctricas
Proporcionar desplazamiento y movilidad a personas discapacitadas o que padecen alguna afección temporal que les impide la movilidad, es la función de las Sillas de ruedas eléctricas. Funcionan de una forma muy sencilla, pues se controlan a través de un joystick que determina la dirección y la velocidad, y en algunos modelos están aptas para configurar el respaldo y el asiento. Su motor funciona gracias a una batería que puede recargarse en cualquier toma corriente.
Enfermedades degenerativas y neuromusculares o lesiones en la médula espinal son las razones habituales del uso de estas sillas por personas que sufren de estas afecciones. También son utilizadas por personas mayores de edad que no pueden hacer los esfuerzos que se necesitan para una silla de ruedas manual, porque padecen de enfermedades respiratorias o cardíacas, que no permiten realizar estos esfuerzos de manera continua y por esta razón las eléctricas son perfectas para ellos.
Hay factores que influyen a la hora de adquirirla, como son:
- El entorno: si el uso va a ser en exterior o en interior, debe elegirse más compacta y ligera, o más robusta y voluminosa. El tiempo de autonomía de la batería también es importante en cuanto a su uso por largos periodos de movilidad.
- El tamaño y peso del usuario: influye mucho en el tipo de silla, al igual que la lesión, a fin de lograr la máxima comodidad para el paciente en cuanto a que se adapte perfectamente a la anatomía
Entre los diversos modelos disponibles también se debe mencionar:
La silla de ruedas eléctrica autopropulsable y plegable con reposabrazos que se abaten y reposapiés que se extraen. Es para una persona con un peso máximo de 100 kilogramos y un ancho de asiento de 43 centímetros. Se trata de una silla de ruedas eléctrica plegable de aluminio, muy liviana y práctica para llevar en el coche y usar en espacios exteriores, porque son muy fáciles para transportar y guardar en el maletero.
También existe un novedoso asiento Kart para usar con patinete eléctrico, con un práctico self balancing, muy útil para ciertos movimientos del paciente.
Otro de los modelos más originales y efectivos son aquellos que simulan una scooter, que además vienen provistos de una cesta donde el paciente puede depositar sus pertenencias.