MADRID (BLOOMBERG) – El Brexit amenaza con reavivar una disputa fronteriza de tres siglos entre Gran Bretaña y España que podría perturbar la vida cotidiana de miles de gibraltareños.
El pequeño territorio británico a la entrada del Mediterráneo corre el peligro de iniciar el Año Nuevo con nuevas restricciones en su frontera con la Unión Europea, a menos que Gran Bretaña y España lleguen a un acuerdo de última hora sobre la disputada frontera.
El acuerdo comercial Brexit sellado el 24 de diciembre no incluía un acuerdo para el Territorio Británico de Ultramar y sus 32.000 habitantes. Sin él, miles de gibraltareños y españoles que cruzan la frontera todos los días por negocios o placer pueden enfrentar largas demoras debido a la imposición de controles de pasaporte.
La ministra de Relaciones Exteriores de España, Arancha González Laya, dijo a la radio RNE esta semana que si no se llega a un acuerdo, los gibraltareños se despertarían el 1 de enero y descubrirían que tienen “la frontera más dura del Reino Unido”.
El gobierno británico ha dicho que continúa las negociaciones con España.
En un día típico antes de la pandemia, los puestos fronterizos en el territorio soportarían hasta 30.000 cruces. Incluirían a más de 15.000 trabajadores, incluidos muchos españoles, que ingresan a Gibraltar Avenue Winston Churchill desde la ciudad española de La Línea.
Los camiones de suministro que transportan mercancías británicas por tierra desde Gran Bretaña también enfrentarían nuevos obstáculos para llegar a la llamada Rocha si se impusieran controles aduaneros. Las mercancías tendrían que ser despachadas en la UE y luego retiradas nuevamente por un puesto de aduanas español al otro lado de la bahía de Algeciras antes de ingresar al territorio.
Gibraltar no es ajeno a la tensión desde que los británicos tomaron el control del Peñón en 1713. Muchos habitantes del estratégico afloramiento recuerdan vívidamente un bloqueo de 13 años impuesto por el dictador español Francisco Franco, que solo terminó en 1982.
La pertenencia común a la UE ha ayudado a aliviar las tensiones periódicas en el territorio entre Gran Bretaña y España, lo que le ha permitido prosperar en el turismo, los servicios financieros y los juegos en línea.
España ya ha tomado algunas medidas para compensar el impacto del Brexit, permitiendo a los gibraltareños trabajar en profesiones que requieren la nacionalidad de la UE o tener trabajos en el sector público.
Gibraltar ya está negociando con la UE como tercer país de bienes, lo que significa que, a diferencia de Gran Bretaña, su pequeña economía no enfrentará una avalancha de nuevas reglas a partir del 31 de diciembre.