
Un conocido spot publicitario de hace años decía que las hemorroides no debían sufrirse en silencio. No es una dolencia que deba hacernos sentir culpable por sufrirla, sino que hay que tratar de ponerle freno para evitar problemas mayores. Una forma de hacerlo es darle visibilidad.
Además, si esto ocurre en mujeres embarazadas, la naturalidad con la que hay que tratarlas es incluso mayor, pues es bien sabido que en esta etapa vital la futura mamá se enfrenta a grandes cambios a nivel orgánico. Gestar a un bebé supone atravesar por ciertas molestias que se pueden controlar siempre que se les dé respuesta.
¿Por qué aparecen hemorroides durante el embarazo?
Las hemorroides son muy habituales durante el embarazo, no es algo por lo que sentir vergüenza. De algún modo son como sufrir varices en el resto del cuerpo, especialmente en las piernas, pero que se concentran en la zona del ano y están provocadas por el mayor grado de presión que se soporta en el ano y la zona pélvica.
Si bien son frecuentes en muchas mujeres embarazadas, aparecen con más intensidad en aquellas que ya las han padecido previamente o bien sufren problemas de circulación. La relación entre las varices y las hemorroides es muy cercana.
Lo que ocurre durante el embarazo, sobre todo en el tercer trimestre, es que el útero aumenta de tamaño y esto comprime el área intestinal, generando así más problemas a la hora de defecar, con periodos de estreñimiento, sangrados al defecar y molestas protuberancias en la zona del ano, con hemorroides externas incluso. Es un proceso que puede llegar a ser muy doloroso pero al que se le puede poner solución siguiendo buenos hábitos nutricionales, de descanso y consejos de especialistas.
¿Cómo evitar esta afección o hacerla menos molesta?
Las soluciones para las hemorroides durante el embarazo pueden venir desde diferentes frentes. Una dieta rica en fibra, que sea completa y equilibrada, con mucha ingesta de fruta y verdura, y una buena hidratación, son claves desde el apartado nutricional.
En el ámbito de la actividad física, la práctica de ejercicio físico moderado también es de gran utilidad. Modalidades como la natación o el yoga pueden ser muy beneficiosas. Acudiendo a movimientos más específicos, los ejercicios de Kegel, que se centran en la zona pélvica, ofrecen resultados muy positivos tanto para esta afección como para la pérdida de tono muscular o la incontinencia urinaria.
Este problema afecta aproximadamente al 40% de mujeres embarazadas y si no se tratan de manera adecuada acabarán generando dolores muy intensos. Los baños de asiento son otra práctica fácil de poner en marcha que consiste en aliviar las hemorroides en el embarazo introduciendo el ano y el recto en baños de agua templada.
Si todo esto no es suficiente es imprescindible consultar con un especialista médico, ya sea un ginecólogo o el médico de cabecera, para ver si es necesario usar un tratamiento farmacéutico específico. En el mercado encontramos pomadas específicas para esta dolencia, pero nunca es recomendable medicarse, y especialmente es peligroso en el embarazo.
Desde el blog Tu Equilibrio y Bienestar nos ofrecen otros consejos y cuidados descritos por profesionales sanitarios (médicos, farmacéuticos, etc.) que te pueden servir de gran ayuda si padeces esta dolencia. Además, inciden en la importancia de no ocultar este dolor, tratarlo con naturalidad y considerarlo como una consecuencia que se deriva de los cambios a nivel orgánico que produce el embarazo.
Los consejos no médicos para embarazadas que sufren hemorroides
Las causas que están tras las hemorroides en el embarazo son el exceso de presión que genera el útero y el aumento en la secreción de la progesterona. Durante esa fase, cuando una mujer gesta a su hijo, su organismo vive toda una revolución hormonal. En el caso de la progesterona esto se manifiesta en relajación de las paredes venosas y mayor facilidad para la hinchazón, de ahí que las varices también sean muy comunes.
A esto hay que añadir el estreñimiento, pues es más difícil expulsar las heces y hay menos espacio físico disponible pues está invadido por el útero. Las dificultades para defecar son un problema que puede ocurrir en cualquier etapa vital, incluso fuera del embarazo.
Con todo esto, más allá de los consejos propios de salud relacionados con los buenos hábitos: dieta equilibrada y ejercicio físico moderado al estado del embarazo, así como la prescripción médica de los sanitarios, de manera individual se puede acudir a los baños de asiento como comentábamos o al uso de ropa interior que sea suave y transpirable, a ser posible de algodón.
También es aconsejable usar ropa que no presione demasiado, y por supuesto higienizar bien toda la zona del ano para evitar mayores molestias, sensación de picor, comezón y enrojecimiento.
Si todo va como es deseable, las hemorroides deberán desaparecer de forma paulatina, ya sea en el mismo embarazo o tras el parto. La clave es actuar a tiempo y atender esta situación como una situación habitual en esta etapa vital que acaba teniendo solución.