Los juegos en la infancia resultan imprescindibles para poder comprender el mundo y relacionarse con otras personas. Niños y niñas de todo el mundo se expresan mediante el juego, y es por eso que resulta tan importante mantener la tradición de los juegos tradicionales.
De acuerdo con Hilda Cañeque, psicopedagoga y especialista en creatividad y juego: “Cualquier campo de juego se estructura en base a la interrelación entre la realidad y la fantasía, lo que determina la aparición del pensamiento imaginario. Este tipo de pensamiento ablanda, flexibiliza o atenúa las defensas psicológicas que cualquier persona tiene”.
La forma de jugar de los niños y niñas determina la manera en que comienzan a vincularse con el mundo que los rodea, por eso resulta fundamental que los adultos puedan ofrecer momentos, experiencias y objetos que enriquezcan sus juegos.
En tiempos como los actuales, en que la tecnología se filtra por cada rincón y fisura de la realidad, es necesario volver a las raíces de los juegos tradicionales para poder brindar a los más pequeños la oportunidad de crecer de manera integral, cultivando su pensamiento crítico, su creatividad y sus emociones.
Juguetes de ayer y de hoy
Los carros a control remoto, los muñecos, las cocinas de juguete, los juegos compartidos, son objetos que permanecen en la identidad colectiva. Si bien se pueden rastrear juguetes más viejos y más nuevos, todos aquellos que impliquen la interacción humana suponen un enriquecimiento en el desarrollo de los más chicos.
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Carros a control remoto
Si bien los carros a control remoto para niños no representan los juegos más tradicionales, sí están presentes en la sociedad desde hace más de 50 años, permitiendo que los más pequeños de la familia se diviertan solos o acompañados.
Uno de los factores que impedían la compra de estos productos hace muchos años era su costo elevado, sin embargo en la actualidad se pueden encontrar muchos modelos de carros a control remoto precio accesible.
Además, en muchos sitios se pueden encontrar también carros a control remoto oferta para comprar juguetes que potencien la creatividad y la imaginación sin gastar demasiado dinero.
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Cocinas para jugar
Tener una cocina de juguete en la infancia puede propiciar una gran cantidad de situaciones de juegos dramáticos, en donde niños y niñas representan lo que acontece en el mundo real, y lo vuelven una experiencia lúdica para comprenderlo.
Antiguamente eran cocinas para niñas, ya que los juguetes se asignaban de acuerdo al género, sin embargo en la actualidad eso no es así, y son cada vez más las personas que favorecen los juegos de los niños, sin importar su género.
Hombres y mujeres adultos cocinan, por eso resulta importante que este objeto de juego pueda ser una cocina de juguete para niña y también para niño, en donde ellos pueden sentirse libres de representar distintos roles lúdicos.
La cocinita, como es conocida habitualmente, es un elemento que permite enriquecer mucho los juegos de los más pequeños, ya que a través de ella representan situaciones de su cotidianidad, imitando y recreando momentos que los ayudarán a entender el mundo en el que viven.
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Rompecabezas
Entre los juegos más tradicionales se destacan también los rompecabezas, juegos para armar que pueden comenzar a usarse desde los primeros meses de vida. Se pueden encontrar modelos de rompecabezas que contienen desde 3 hasta más de 4000 piezas.
En general, los rompecabezas para niños mayores de 5 años suelen tener entre 30 y 40 piezas, aunque esa cantidad puede variar de acuerdo a la edad para que el juego fue desarrollado.
También se pueden encontrar rompecabezas de 1000 piezas o más, pensados para adolescentes o adultos. Una de las grandes ventajas de este tipo de productos es que resulta muy versátil y siempre vigente.
El rompecabezas precio varía según la cantidad de piezas que contenga, la marca y el sitio en donde se compre, entre otros factores. Uno de los grandes beneficios de este juego es que fomenta el desarrollo de la paciencia, la observación, la calma y la coordinación, entre otros.
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Juegos para compartir
El universo de los juguetes es muy amplio, y se pueden encontrar muchas opciones para los más pequeños. Los juegos para compartir, aquellos que requieren de la interacción con un otro, son ideales para comenzar los procesos de socialización.
Durante los primeros años de vida, los niños y niñas tienen un egocentrismo propio de la edad, a través del cual comienzan a definir su individualidad y forjar su personalidad. Hasta el primer año de vida aproximadamente, los bebés se sienten uno con su madre.
Cuando comienzan a descubrir que son un otro, que tienen límites propios, un cuerpo, sentimientos, emociones y pensamientos propios, los niños comienzan a explorar el mundo de manera egocéntrica.
Cuando nos referimos al egocentrismo de los niños no lo hacemos de la misma manera en que se puede pensar el egocentrismo en los adultos.
Los niños y niñas son egocéntricos porque comienzan a explorar el mundo y a conocerse a sí mismos. Por eso resulta importante ofrecer juegos que puedan compartir con otros, para comenzar los procesos de socialización.
Los niños pueden comenzar a entender el concepto del compartir con un otro, de jugar con un otro el mismo juego, alrededor de los 3 años. Hasta ese momento, los más pequeños elegirán jugar en soledad.
No hay nada de malo en ello, por el contrario, es la expresión propia de la infancia. Los adultos pueden ofrecer juguetes desde que nacen para que comiencen a explorar el mundo y desarrollar sus juegos.
Además de los elementos que puedan estar presentes, resulta fundamental también la presencia del adulto cuidador como imagen de seguridad y apego para el niño, que se sentirá acompañado y amado, forjando una personalidad más segura y con confianza en sí mismo.
La importancia de la representación
Como ya mencionamos, los llamados juegos dramáticos o juegos de representación resultan fundamentales en la infancia. A través de ellos los niños y niñas canalizan lo que observan en el mundo para comprenderlo.
Es importante reconocer que los infantes están comenzando a descubrir el mundo en el que habitan, cada paso que dan constituye un nuevo aprendizaje de aquello que les rodea, y a través de este proceso es que van experimentando su propio crecimiento.
Es el deber de los adultos poder ofrecer juguetes, juegos y momentos lúdicos en donde los niños puedan representar aquello que viven cotidianamente. Ejemplo de estos juegos son la ya mencionada cocinita, los muñecos, el jugar al “como que”: jugar a la peluquería, al supermercado, a la familia, entre otros.
Todos estos juegos ayudarán a los más pequeños a comenzar a entender las relaciones que ordenan el mundo y la sociedad en la que viven, construyendo a su vez su propia identidad dentro de esa comunidad.
Si se quita a los niños y niñas la posibilidad de representación lúdica del mundo en el que viven, se limita su crecimiento y su aprendizaje, se les quitan valiosas herramientas de comprensión cognitiva, emocional y física.
Los juegos como herencia cultural
Los juegos tradicionales, aquellos que se transmiten de generación en generación impactan, además de en el crecimiento de cada persona, en la herencia cultural, en aquello que mantiene viva a una cultura.
Es muy importante poder trasladar a cada nueva generación los juegos que ya jugaron sus padres y sus abuelos, enseñar la simpleza de lo cotidiano, de lo compartido, de aquello que se alcanza apenas con el vínculo con los otros.
Entre los juegos tradicionales más importantes de nuestro país se encuentran las canicas, el matagente, la soga, el juego del lobo, las escondidas, entre otros. Todos estos juegos han sido jugados por generaciones enteras, y aún hoy continúan vigentes.
Además del rol central que tienen este tipo de prácticas lúdicas en el desarrollo integral de los niños y niñas, y en la conservación y transmisión de la cultura, pueden entenderse también como trincheras de resistencia frente a la vorágine tecnológica.
La tecnología es una herramienta que debemos dominar para usar en nuestro favor, pero también es necesario poder medir las horas de consumo de los dispositivos tecnológicos, especialmente en la infancia, para contribuir a un desarrollo integral más enriquecedor.
Un universo de posibilidades
Los distintos juegos y juguetes abren un universo de posibilidades a los más pequeños no solo para entender el mundo en el que viven, sino también para crear mundos nuevos.
El desarrollo de la creatividad y la imaginación son dos pilares fundamentales en la primera infancia, para la constitución de identidades más fuertes y seguras de sí mismas, que puedan cuestionar aquello que les rodea y no den nada por sentado.
Retomando las palabras del pedagogo brasileño Paulo Freire, “el mundo no es, el mundo está siendo”. El mundo es aquello que sucede cada día y que se construye de manera colectiva entre todos los integrantes de la sociedad.
Para que los hoy niños y niñas puedan ejercer un rol activo en la construcción de las sociedades que desean, es fundamental otorgar momentos de juego, de creatividad, de exploración, fomentar y alentar su curiosidad y su espíritu crítico, acompañando sus primeros pasos en el mundo, ofreciéndonos como andamiaje del aprendizaje que se sucede a cada instante.
Los juegos y los juguetes son experiencias propias de la infancia que resultan muy enriquecedoras cuando están presentes, por eso resulta tan vital que los adultos encargados del cuidado de los más pequeños puedan ofrecer esas experiencias lúdicas.