LONDRES (BLOOMBERG) – La población extranjera de Gran Bretaña se ha duplicado a nueve millones de personas en la última década, lo que generó un debate sobre la inmigración y la cohesión social, muestra el análisis de un grupo de investigación.
Aproximadamente la mitad de los nacimientos en las principales ciudades del Reino Unido en 2019 fueron de madres nacidas fuera del Reino Unido, según una lectura de datos oficiales del gobierno realizada por el grupo de presión Migration Watch UK. Las minorías étnicas son ahora mayoría en ciudades como Londres, Slough, Leicester y Luton.
Estos hallazgos reavivan las preocupaciones sobre la escala de la inmigración al Reino Unido antes de la pandemia, que generó apoyo a la decisión de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea y atrajo a los votantes al Partido Conservador del primer ministro Boris Johnson.
“La naturaleza rápidamente cambiante de nuestros pueblos y ciudades plantea serios riesgos para la integración y será una preocupación real para muchos en este país”, dijo Alp Mehmet, presidente de Migration Watch UK, pidiendo un freno a la inmigración.
La población extranjera relativamente grande del Reino Unido es un legado de los gobiernos laboristas y conservadores que han abierto la puerta a los inmigrantes durante las últimas dos décadas, una política destinada a garantizar que la economía tenga suficientes trabajadores para crecer sin aumentar los salarios y la inflación.
Ahora, con la pandemia y el Brexit que dificultan el cruce de fronteras, los salarios y los precios al consumidor están aumentando. Grupos como la Asociación Británica de Procesadores de Carne han instado al gobierno a relajar la política para permitir que la mano de obra extranjera cubra la escasez interna.