LA HAYA (La tarde) – La policía antidisturbios holandesa utilizó cañones de agua y porras el domingo (14 de marzo) para dispersar a una multitud de varios miles de manifestantes contra el bloqueo reunidos en un campamento en el centro de La Haya el día antes de las elecciones nacionales.
La manifestación se detuvo después de que los manifestantes desobedecieran las reglas del destacamento social e ignoraran las advertencias policiales de dispersarse.
Los medios locales dijeron que se realizaron varias detenciones durante los enfrentamientos. No hubo informes inmediatos de heridos.
Las autoridades holandesas han detenido los servicios de trenes a la ciudad, la sede del gobierno, para evitar la llegada de más manifestantes.
Inicialmente, la policía le dijo a la gente que se fuera a casa y anunció por los altavoces que el evento había terminado y advirtió que detendrían la protesta por la fuerza si era necesario.
Muchos en la multitud, reunidos en el campamento central de Maliveld en la ciudad, sostenían paraguas amarillos en una manifestación de oposición y gritaban “Amor, libertad, fin a la dictadura”.
Holanda ha estado bajo un severo bloqueo desde finales de enero, con reuniones de más de dos personas prohibidas, restaurantes y bares cerrados y con el primer toque de queda nocturno desde la Segunda Guerra Mundial.
La votación comienza el lunes, con las urnas abiertas durante tres días para ayudar a garantizar la distancia social en los colegios electorales. El partido conservador VVD del primer ministro Mark Rutte parece estar listo para obtener un nuevo mandato de cuatro años después de estar en el poder desde 2010.
La mayoría de los votantes apoyan a regañadientes el bloqueo, dada la tasa actual de infección por coronavirus en los Países Bajos, que se acerca a la banda más alta de Europa.
Pero el toque de queda, que duró hasta finales de marzo, desató varios días de agitación en todo el país cuando se impuso por primera vez el 23 de enero.
“Puede imponer algunas restricciones, por supuesto, pero puede limitarlas a personas vulnerables y débiles en la sociedad”, dijo Hans van der Arend, quien viajó desde la ciudad portuaria de Rotterdam.
El país de 17 millones registró más de 1,1 millones de casos de Covid-19 y más de 16.000 muertes en la pandemia.