Suele hablarse de la tecnología a nivel personal o individual, pero pocas veces se aplica el mismo análisis sobre el impacto positivo que ha tenido en las empresas, en entornos de productividad. Y sí, su impacto ha sido determinante para configurar el mundo corporativo moderno.
¿Cómo ha cambiado la tecnología en los últimos 10 años?
En 10 años, o incluso menos, los cambios tecnológicos propiciados en el trabajo han permitido que las cosas se hagan de diferente manera, tanto por ganancia de tiempo, de seguridad, de comodidad, como por confort y motivación al trabajo mismo.
Ha cambiado, por ejemplo, en cuestiones de almacenamiento de datos, donde hoy es posible tener un buen disco duro externo, o incluso uno SSD, en el que se respalde toda la información importante de una empresa, sin distinción de tamaño, con la posibilidad misma de almacenar datos en servidores propios -porque la tecnología ha permitido que los costes sean hoy más bajos- o incluso decantándose por alternativas de almacenamiento en la nube.
La tecnología ha cambiado tirando hacia la movilidad. Los ordenadores que ocupan medio escritorio han dado paso a componentes diminutos, fáciles de instalar, de mover, de llevar a donde el trabajo así lo permita, ni qué decir de los ordenadores portátiles destinados al trabajo, cuya potencia hace olvidar a los de escritorio.
La integración entre móviles, ordenadores y sistemas de gestión empresarial es hoy magnífica, y eso ha permitido cambiar para siempre la manera no solo de trabajar día a día, sino de gestionar todo tipo de incidencias dentro de una organización.
¿Por qué es tan importante la tecnología en los negocios?
Para un negocio, sin distinción de su sector, tener a la tecnología de aliada es sencillamente un recurso crucial para competir de mejor manera, en un mercado que vale la pena recordar que está digitalizado y orientado a la automatización de procesos de una forma notable e irreversible.
La tecnología es importante en los negocios porque:
- Reduce costes: todo se hace más rápido, con mayor precisión, y mejor. Hoy el pequeño fabricante puede competir con la gran corporación, ofreciendo incluso mayor calidad a mejor precio. Todo con la tecnología adecuada.
- Optimiza los tiempos: la tecnología hoy es capaz de aventajar al trabajo manual en 10 o 100 veces el tiempo necesario. Eso permite que la producción no se detenga, que los flujos de caja no se estanquen, y que la competitividad se mantenga.
- Evita errores humanos: el almacenamiento seguro de datos evita tener que contar con archivadores manuales; los ordenadores y servidores evitan tener que llevar todo en libretas; y así un sinfín de cambios que más allá de la comodidad y adaptación a lo que hoy es un estándar, sirve para evitar miles de errores humanos.
- Crea entornos más productivos: cuando la tecnología se integra a la oficina, a la industria en general, se crean espacios mucho más productivos, eficientes, ecológicos y, por decirlo de otra manera, atractivos para producir más con trabajadores que son más felices con lo que hacen -porque está tecnológicamente decidido así-.
¿Cómo ha mejorado la tecnología la forma de trabajar?
A vista de trabajador o empleado, la tecnología ha mejorado la forma de trabajar automatizando las tareas que son repetitivas, aburridas, pero necesarias; simplificando las gestiones y tareas que antes eran más complejas y manuales; ahorrando tiempo, dinero, espacio de almacenamiento físico y de almacenamiento digital, porque hoy todo es más rápido y fácil de hacer, los puestos son más cualificados y permiten ganar más dinero -haciendo las tareas de forma más rápida, claro-, y por no tener necesidad de utilizar métodos ineficientes como los documentos impresos, las llamadas telefónicas a otros departamentos para solventar dudas -hoy solo basta crear una incidencia con notificación en un software de gestión de proyectos en equipos-.
Y así otras tantas soluciones, algunas más grandes que otras, que combinadas sirven para asegurar que la tecnología ha mejorado y ha cambiado todo, de manera que hoy trabajar pueda ser igual que antes, pero la productividad se ha disparado hacia las nubes.
