Las emisiones de gases tóxicos que se derivan a la atmósfera hacen que ciudades enteras pierdan calidad de su aire y, por tanto, hay mayores riesgos de sufrir enfermedades respiratorias crónicas
La inmensa mayoría de los Gobiernos de los estados democráticos tienen como objetivo conseguir ciudades más saludables, así como reducir las emisiones de gases que afectan a la atmósfera y sustituirlos por otras materias primas que también generan energía y fuerza motora, pero extraídos desde componentes biológicos y biodegradables. Una economía circular que fluye y que lo que intenta, en todo caso, es dar vida nueva a las toneladas de desechos que se generan todos los días.
En esa tesitura, el biogas España se ha convertido en uno de los proyectos más ambiciosos de un equipo de personas que consideran que otro modo de producir energía y combustible es posible. Para ello, se han propuesto la tarea de ir convenciendo, sobre todo, a las Administraciones locales para que les dejen utilizar residuos tales como las podas de árboles y forestales, así como los residuos sólidos urbanos y también las aguas residuales como materia prima para la generación de biogás.
Así es como se produce el biogás
La primera cuestión que surge respecto a la produccion de biogas es ¿es segura? ¿Cómo se hace? ¿Cuál es ese proceso? Pues bien, aquí se van a dar todas pautas al respecto. Lo primero que hay que tener claro es que el biogás se produce a consecuencia de la descomposición de la materia orgánica que concentra, al menos, en torno al 60% de biometano. Lo que se hace posteriormente con este compuesto es someterlo a un tratamiento de purificación a través del que se extrae el biometano. Llegados a este punto hay que plantear que, este gas generado tiene la misma utilidad que el gas natural e incluso puede ser inyectado en la red como combustible, por ejemplo, para calentar las viviendas o para todo el uso energético que alcance.
Trabajar en la producción de biogás es el futuro
Si se quieren alcanzar políticas más sostenibles, más verdes, más ecológicas y amigables con el entorno, hay que pensar, pues, en la economía circular. Es decir, en clasificar los desechos y que estos tengan una segunda vida. En eso consiste también el biogás. Se trata de una materia prima que se genera a través de la descomposición de materia orgánica.
Por ese motivo, han surgido una serie de empresas de biogas en España que trabajan en la implantación de este sistema. Así elementos residuales que no se sabe como tratarlos, como muchas veces las aguas industriales, también las fecales o los desechos orgánicos, pueden servir para generar un gas biológico que se convierta en biometano y que este pueda alimentar las farolas de bajo consumo de las calles. Se trata de una cadena de optimización de los recursos que permitirán que la vida en la Tierra siga siendo placentera.
Unas ciudades para el futuro: las smart cities
En Suez también son expertos en identificar cuáles son las zonas de las ciudades que sufran más contaminación. Eso ayuda a que se trabaje en la consecución de zona bajas emisiones para ciudades, para ello, se analizan parámetros como el tráfico, las emisiones de obras, del tráfico aéreo o de las residenciales. Una vez identificadas se pueden generar estudios para trabajar en lugares más limpios, despejados e implementar medidas que satisfagan la mejora de la calidad del aire que es tan vital para el desarrollo sostenible de las ciudades.
En definitiva, es una entidad que trabaja para mejorar la vida de las personas, pero también para formular nuevas maneras de reutilizar los elementos en favor de un segundo uso, e incluso inagotable, ya que todo vuelve al sistema transformado en otro servicio y prestación. Trabajar por ciudades menos contaminadas, con más zonas verdes, donde cada espacio está estudiado para contribuir al bienestar y que, además, se optimizan sus recursos son tareas a las que todo el mundo debe contribuir, máxime cuando existen herramientas que disponen entidades como Suez.