Las obras de construcción requieren una alta diversidad de materiales para que queden correctamente ejecutadas. Algunos de los principales son los metales, que se utilizan en distintas aplicaciones para fortalecer las estructuras y cumplir diversas funciones; por lo que si trabajas en el área, debes conocerlas más a detalle.
Cuando se habla de construcciones de todo tipo, principalmente si se trata de obras de gran magnitud, la cantidad y tipos de materiales que se utiliza es bastante extensa y puede variar en muchos aspectos. Por lo general, se estudian muy bien, antes de iniciar todo proyecto, los materiales a utilizar, para calcular qué clases se usarán y con qué características específicas.
Entre los materiales que siempre se emplean, sin importar el tipo de obra que se ejecute, están los metales, por las propiedades y resistencia que aportan a las estructuras a las que se incorporan.
Tipos de metales usados en las grandes construcciones
La durabilidad y resistencia de los metales son los factores preponderantes por los que estos materiales son tan utilizados en la construcción de grandes estructuras. Los más usados son:
– Acero: es un metal muy fuerte y duradero. Se emplea en la construcción de edificios, naves industriales, torres eléctricas y puentes, entre otros. De este material se hacen las tradicionales varillas de acero, que integran y refuerzan las estructuras y muchas partes de la obra.
Estas poseen excelentes propiedades, como la resistencia y su extendida vida útil, que son esenciales en todas estructuras, columnas y vigas de construcción, por lo que siempre están presentes en todo proyecto. Desde una sencilla casa residencial hasta el más grande edificio de oficinas, y todo lo que mires alrededor, está conformado por varillas de acero en sus estructuras.
Las varillas de acero resisten altas cargas de compresión y permiten construir estructuras altas y amplios espacios. Se utilizan específicamente para reforzar el hormigón que integra las columnas y estructuras, sin ellas las estructuras no soportarían y se desplomarían; por eso son tan importantes en el negocio de la construcción.
Están ideadas para soportar fuerzas de tensión, compresión y torsión. Cuando se vierte con el hormigón fresco, las varillas se integran a la masa, reforzando así el producto final.
– Hierro: también es muy utilizado en la construcción para elaborar ventanas, chapas y tuberías, columnas, estanterías, mesas y sillas, rejas, puertas, vigas y herramientas, tornillos y tuercas, entre otros. Es altamente resistente y brinda un buen soporte a las estructuras que se agreguen.
– Cobre: este metal es de alta conductividad eléctrica y térmica, por lo que se utiliza en la construcción, principalmente, en la elaboración de cables eléctricos y tuberías de calefacción.
– Aluminio: es un metal ligero, muy versátil, que resiste fuertemente la corrosión. Su uso se centra principalmente en la construcción de ventanas, estructuras de división en los edificios, puertas y fachadas, entre otros.
– Titanio: este material pese a ser muy ligero es bastante resistente, ideal para la construcción de puentes y edificios modernos. Es un metal poco común, que puede ser muy costoso, por lo que solo se utiliza en proyectos especiales.
Tipos de varillas de acero
Aunque la variedad de metales que se usa en el sector construcción es bastante amplia, el que más se usa, por sus características, bajos costes y alta versatilidad, es el acero, en especial su presentación en varillas para estructuras.
Las varillas de acero distinguen por las características que presentan, que van de acuerdo con las funciones que van a cumplir. Varían, básicamente, en el diámetro y longitud, que son las medidas que determinan el uso que se les dará.
Para grandes construcciones como edificios y demás infraestructuras de gran volumen se necesitan varillas más gruesas y largas, mientras que para la base de un tanque de almacenamiento de agua, por ejemplo, se requiere un material más ligero y de menor tamaño.
Se pueden conseguir con diámetros que van desde los 5/16” hasta 1 1/2” pulgadas, y longitudes desde los 6 a 24 metros. La selección adecuada la hacen los ingenieros y expertos que participan en las obras, quienes deciden qué materiales se utilizarán.