Otoplastia
Las orejas de soplillo es uno de los defectos de belleza más comunes que podemos encontrar y que levanta la preocupación de muchas personas, ya que suele provocar cierta desarmonía con el resto de la cara. Afortunadamente, cuando alguien sufre este problema de orejas despegadas puede recurrir a una opción que no entraña dificultad y que soluciona el problema de manera definitiva: la otoplastia.
La otoplastia, como vemos en https://drmoscatiello.com/cirugia-facial/otoplastia/, es una pequeña operación que está orientada a arreglar la postura y las dimensiones de las orejas. Lo aconsejable en estos casos es llevar a cabo la intervención una vez que se han cumplido los cinco años de edad, ya que es a partir de ese momento cuando la oreja termina de desarrollarse.
La intervención conlleva un proceso sencillo que consiste básicamente en recolocar las orejas en una ubicación más cercana al cráneo. Para ello, basta con realizar un corte reducido para modelar el cartílago hasta que se produzca la corrección deseada. Se trata de una cirugía que no se dilata mucho en el tiempo, pues conlleva una duración de tan sólo hora y media. Además, otra de sus ventajas está en la recuperación del postoperatorio, que de igual modo suele ser rápida. Es precisamente durante ese periodo cuando se produce el momento de la cicatrización, cuya marca prácticamente indetectable quedará situada detrás del pabellón auditivo.
El momento del año recomendado para hacerse una otoplastia es el invierno, y es que a lo largo del tiempo de recuperación es preciso llevar una malla en torno a la cabeza para adecuar correctamente las orejas a su nueva ubicación. El paciente puede incorporarse a su vida normal al cabo de una semana.
Los efectos del rábano yodado
En cuanto al problema de la aparición de manchas en la piel, algo que estéticamente no es agradable para nadie, éste puede combatirse gracias al rábano yodado. Se trata de una hortaliza que está cargada de propiedades que enriquecen positivamente el aspecto de nuestra piel, por lo que conseguir una buena imagen es cuestión de dedicarle unos minutos al asunto.
La mejor manera de volver la piel más clara y conseguir borrar las manchas que afean nuestro aspecto es recurrir a una mascarilla hecha a base de zumo de rábano, yogur natural y miel, una preparación casera de resultados sorprendentes. Lo ideal es usar este preparado todos los días, aumentando o disminuyendo la dosis en función de cómo vaya respondiendo la piel.
El rábano yodado tiene propiedades beneficiosas para la piel [1]. Dentro de éstas, podemos destacar aquellas que son más incisivas contra las manchas. Por ejemplo, se trata de un producto muy rico en agua y en grasas beneficiosas, dos cualidades que favorecen mucho la hidratación y la carga de nutrientes a nivel cutáneo.
La vitamina C es otro de sus grandes aportes, ya que ésta se encarga de preservar el estado de la piel frente a la amenaza de agentes externos, como los rayos ultravioletas, que pueden causar daños en la pigmentación. Asimismo, el rábano cuenta con vitamina A, cuya labor en este caso pasa por avivar el crecimiento de algunas células clave del cutis.
En definitiva, estamos ante dos problemas muy comunes que merman de manera considerable el nivel de belleza de las personas, pero que pueden ser combatidos mediante soluciones rápidas y eficaces. Las orejas de soplillo y las manchas en la piel ya no son defectos con los que seguir viviendo.