Desde el siglo XIX, cuando se inventó el cemento, nace también el hormigón, cemento o concreto armado. Este material, en extremo resistente y duradero, se hace mezclando la sustancia base (cemento) con arena y/o grava y agua.
Estos tres componentes son los básicos para lograr el hormigón. Sin embargo, añadiendo elementos variados adicionales (naturales o sintéticas) como hebras de coco, resinas, fibra de vidrio o pigmentos, entre otros, es posible lograr muchos efectos para construir o decorar edificios o sitios públicos.
El concreto permite elaborar todo tipo de prefabricados de hormigon como las paredes para casas modulares, pasivas o industriales que se arman con piezas que se hacen previamente en otro sitio y se llevan con grúas o camiones al terreno que, finalmente, las albergará.
¿Por qué el hormigón?
El hormigón ha sido la elección de millones de proyectos a lo largo y ancho del mundo, en sitios de climas extremadamente fríos e insólitamente calientes. Las razones para tal variabilidad de uso en construcciones domésticas y privadas como casas, oficinas y comercios o en edificaciones industriales como fábricas o naves manufactureras se debe a la resistencia mecánica y estructural, capacidad de aislamiento térmico, inocuidad para con el medio ambiente y a la enorme durabilidad que ofrece.
No hay proyecto que se resista al cemento armado o concreto. La posibilidad de crear todo tipo de mobiliario urbano es infinita y va desde fuentes de agua para parques, hasta calzadas, bancos para plazas, postes de iluminación, recipientes para basura, maceteros, rejas, barandillas, escaleras, portabicicletas, aparcamientos o garajes y muchos otros elementos que conforman el paisaje de una ciudad y ofrece ventajas estructurales, ornamentales y prácticas.
Ventajas del hormigón
Material barato y disponible
El concreto es, frente a otros materiales de decoración y construcción, barato y accesible. Se consigue en todas partes a precios disponibles para todo tipo de obras.
En todas partes del mundo se pueden hacer construcciones de hormigón, ya que es un material que resiste frío, calor, abrasión, presión mecánica y puede tener acabados de todo tipo y ajustados a cualquier necesidad arquitectónica o práctica.
Durabilidad, maleabilidad y resistencia
El cemento armado permite muchos tipos de proyectos por ser maleable y elástico. Por eso los prefabricados de hormigon sirven para hacer viviendas unifamiliares, edificios de pisos u oficinas, ambulatorios y hospitales y todo tipo de construcciones con diversos fines.
Todas estas edificaciones que se hagan de hormigón, tanto en construcciones in situ como las prefabricadas tienen mucha resistencia mecánica, térmica y a los agentes del clima por lo que es un material perfecto para estar a la intemperie, pero también para paredes o muros internos en todo tipo de inmuebles.
Ofrece, asimismo, alta resistencia a la flexión, la compresión, la tracción, al corte, al calor o al frío y es ignífugo. De allí su amplia aplicación a cualquier tipo de edificios.
Poco y barato mantenimiento
Sea construcciones o edificios de obra limpia o recubierto por frisos de cemento, pladur, azulejos, cerámicas, microcementos, madera u otros revestimientos, el hormigón es el material ideal para cualquier inmueble.
Su mantenimiento es barato y casi nulo. Limpiarlo solo requerirá lavado con agua y jabón o desinfectante.
Impermeable y aislante
Por todas las características descritas hasta aquí y agregando su capacidad de impermeable y resistencia a la humedad, el hormigón es material de elección de ingenieros, arquitectos interioristas, paisajistas y otros diseñadores para sus proyectos.
Ecológico y amigable con el medio ambiente
El hormigón es respetuoso con el medio ambiente y tiene la capacidad de disminuir la huella de carbono al reducir la concentración de CO2 en el aire.
Es, igualmente, un recurso estrella en términos de sostenibilidad, lo que se conoce como efecto sumidero de CO2.
Hace, de la misma manera, una contribución a la eficiencia energética global porque el hormigón tiene la propiedad de ser un aislante térmico, lo que disminuye el consumo de energía como consecuencia de los picos de temperatura.
Esto a su vez minimiza el coste energético de los edificios y también ayuda a reducir los gases de efecto invernadero asociados a la producción de energía.