Ya sea por obra o por una reforma, una vez que se vuelve a entrar en la vivienda, sin duda, esta necesitará una limpieza a fondo. Antes de volver a colocar todo en su sitio o realizar la mudanza, se recomienda limpiar cada uno de los rincones, para poder disfrutar de la vivienda en las mejores condiciones.
En el momento que una persona se compra una vivienda de obra nueva, o bien, ha reformado gran parte de su casa, tras la finalización de las obras llega el momento de habitar en la vivienda. Pero no se puede entrar como si no hubiera pasado nada allí, ya que lo habitual, es que la mayoría de estancias necesiten una gran limpieza, para evitar la suciedad y el polvo que se haya acumulado.
Como es lógico, esta tarea se puede hacer de manera independiente, si bien, cuando se trata de viviendas de grandes dimensiones, siempre se aconseja acudir a profesionales expertos en este sector. Así, una empresa de limpieza en Madrid o en cualquier otra región, contará con todos los recursos necesarios para ofrecer este servicio de calidad, de la mano de los mejores profesionales.
En cualquier caso, nunca está de más saber cómo se debe hacer adecuadamente una de estas limpiezas, ya que así, se garantizarán los mejores resultados al instante.
El polvo
Antes de iniciar la limpieza de obra a fondo, el primer paso que hay que llevar a cabo es eliminar el polvo de todas las estancias. Una obra puede llegar a acumular bastante polvo, y es por ello, que es lo primero que se debe hacer, así que habrá que coger una escoba y ponerse a barrer para eliminar las partículas.
Además de barrer, se recomienda abrir las ventanas y cerrar la puerta de cada estancia que se vaya limpiando. De igual modo, si es más cómodo, también se puede utilizar un aspirador. Una vez que se haya terminado, es conveniente dejar la ventana abierta, al menos durante una hora.
Paredes y techos
Cuando ya se haya terminado de quitar el polvo, el siguiente paso será eliminar la suciedad acumulada en los techos y las paredes. Lo cierto es que esto es una tarea más compleja, por lo que se recomienda contratar los servicios de una empresa de limpieza, no obstante, también existen trucos para hacerlo uno mismo.
En primer lugar, se debe llenar un cubo de agua y empapar bien la fregona, para después exprimirla y evitar que gotee. Tras este primer paso, lo siguiente será comenzar a limpiar por las esquinas superiores de cada techo, realizando movimientos de esquina a esquina. Para la limpieza de las paredes, también habrá que comenzar por las esquinas, no obstante, la limpieza en este caso se debe hacer de arriba a abajo.
Es importante que cada cierto tiempo se vuelva a mojar la fregona, para garantizar que se cuenta con la humedad necesaria para la limpieza.
Suelos
Una vez que se haya terminado con los techos y las paredes, habrá que comenzar con los suelos, ya que es aquí donde se puede acumular más barro, restos de yeso o de cemento. De igual modo, una empresa de limpieza de obra será la mejor opción, si bien, también se puede realizar esta tarea de manera individual.
Con el objetivo de eliminar las manchas por completo, es muy importante comprar los productos químicos adecuados, sabiendo que los más efectivos son los quitacementos, desincrustantes o anticalcáreos, siempre en base al tipo de suelo que se vaya a limpiar.
En cualquier caso, lo más efectivo siempre es hacer uso de un aspirador en los suelos lisos; y si son suelos rugosos, lo mejor es contar con una máquina barredora.
Últimos pasos
Tras realizar todo esto, quedará terminar de limpiar el resto de la casa. Para ello, se necesitará un cubo con agua, detergente desengrasante y un trapo húmedo. Para limpiezas específicas, como las ventanas, es esencial contar con sprays especiales; y si hay manchas de barniz o pintura, nada como un decapante universal.