Con el paso de los años, los pies son más propensos a sufrir problemas como deformidades, alteraciones circulatorias y pérdida de sensibilidad. Estas afecciones no solo generan molestias, sino que pueden limitar la movilidad y afectar la calidad de vida. Acudir a un podólogo en Alicante es clave para prevenir complicaciones y mantener una buena salud podal; entre los mejores están Podotecnic en Plaça de la Tartana, 1, 03440 Ibi, Alicante (Tlf: 625 63 17 98). Pero, aparte de ello, es vital conocer los motivos por los que los adultos mayores deben priorizar sus visitas con este profesional. ¡Acompáñanos!
Cambios en los pies asociados con el envejecimiento
El envejecimiento conlleva transformaciones significativas en los pies, como pérdida de elasticidad en la piel, reducción de la almohadilla grasa plantar y alteraciones en la estructura ósea. Estas modificaciones aumentan la susceptibilidad a padecer problemas como callosidades, juanetes y uñas engrosadas. Aparte, las enfermedades crónicas, como la diabetes o la artritis, suelen agravar estas condiciones.
Una piel más delgada y menos hidratada tiende a agrietarse con facilidad, lo que favorece la aparición de infecciones. Por otro lado, la disminución de la circulación sanguínea dificulta la recuperación de heridas y predispone a complicaciones graves. Los cambios en la forma del pie, como el ensanchamiento o el colapso del arco, también alteran la distribución del peso, provocando dolor en las articulaciones y limitando la capacidad para caminar cómodamente.
Problemas podológicos más frecuentes en personas mayores
Entre los problemas más comunes se encuentran las uñas encarnadas, que derivan en infecciones dolorosas si no se tratan adecuadamente. La fascitis plantar y el dolor en el talón también son frecuentes debido al desgaste de la fascia y los tejidos blandos. La aparición de juanetes y dedos en martillo es otra preocupación recurrente.
Estas deformidades afectan la estética del pie, dificultan el uso de calzado y causan molestias constantes. Las personas mayores presentan un riesgo elevado de desarrollar úlceras en los pies, sobre todo si tienen diabetes. Estas lesiones requieren un manejo especializado para evitar complicaciones como infecciones graves o amputaciones.
Impacto de la podología en la calidad de vida
Un tratamiento podológico adecuado mejora significativamente la calidad de vida en adultos mayores. El alivio de dolencias crónicas, como el dolor articular o las infecciones recurrentes, permite mantener una mayor independencia y movilidad. Asimismo, la prevención y el manejo de problemas podológicos disminuyen el riesgo de caídas, que representan una de las principales causas de hospitalización en esta población.
El cuidado regular de los pies también tiene beneficios emocionales. Al resolver molestias y prevenir complicaciones, las personas mayores participan activamente en actividades sociales, aumentando su autoestima y bienestar psicológico.
Importancia de un seguimiento podológico regular
El seguimiento periódico con un profesional ayuda a identificar y tratar cualquier problema de manera temprana. Las visitas regulares permiten evaluar la salud vascular, detectar posibles infecciones y mantener las uñas en buen estado.
En el caso de enfermedades crónicas como la diabetes, la revisión podológica es fundamental para evitar complicaciones graves. Un profesional cualificado realiza limpiezas profundas, corrige deformidades y recomienda calzado adecuado que disminuya la presión en zonas sensibles.
Elección del calzado adecuado
El uso de un calzado inadecuado agrava los problemas existentes en los pies de las personas mayores. Elegir zapatos cómodos, con suelas antideslizantes y espacio suficiente para los dedos, previene deformidades y lesiones.
El calzado ortopédico, en particular, juega un papel esencial en la redistribución del peso corporal, aliviando la presión en zonas dolorosas. Aunado a ello, los materiales transpirables y las plantillas personalizadas son ideales para evitar el sobrecalentamiento y la acumulación de humedad, factores que elevan el riesgo de infecciones.