Para la ejecución de muchas actividades es necesario trasladarse grandes distancias para llegar al lugar de la actividad. En algunos casos contamos con transporte público que nos lleve al destino seleccionado; en otros casos, el transporte personal o privado es la opción. En el caso del transporte privado, contamos con la facilidad de que nosotros elegimos el origen y el destino, por lo que se trata de la opción con mayor comodidad. Cuando se trata de grandes grupos, el transporte privado en autobús es la mejor opción, ya que todos los miembros del grupo irán juntos y así se facilita la organización.
Ventajas de viajar en autobús
En primer lugar, el viaje comienza en el origen que más convenga a los viajeros, por lo que resultará más cómodo. En el caso de Madrid, su localización en el centro de la península hace que sea el mejor punto de partida para cualquier viaje al resto de sus territorios.
Al alquilar un autobús, los viajes son organizados a medida de los viajeros, por lo que se adapta a sus necesidades y deseos de transporte.
Dependiendo del servicio de conductor contratado, este solo se encargará de realizar el viaje de ida y vuelta o bien se encargará del transporte durante los demás días. Esta última opción es aconsejable si se pretende visitar varias ciudades cercanas al destino que hemos elegido, pues no tendrás que preocuparte de conducir durante gran parte del viaje y solo te limitarás a disfrutar.
Otra gran ventaja es el equipaje, puesto que los autobuses cuentan con un gran espacio para transportar maletas, por lo que no debe preocupar el tamaño de las mismas.
También cabe destacar que en estos viajes es recomendable que haya un responsable de grupo que se encargue de tener todo organizado y que sea el encargado de estar en comunicación con el conductor antes y durante el viaje.
Un ejemplo de viaje en grupo con transporte en autobús
Eligiendo el destino y las actividades que se van a realizar, una empresa de autobuses que cuente con los servicios de un conductor nos ofrecerá la mejor alternativa para aprovechar esos días de vacaciones. Veamos un ejemplo de alquiler autocares Barcelona para visitar esta ciudad y sus proximidades.
Tras la llegada a Barcelona se pueden organizar los primeros días en esta ciudad o bien los últimos, ya que el circuito que se ofrece es un circuito circular. Desde Barcelona podemos trasladarnos a Vic, una ciudad cuya Plaza Mayor destaca por tener uno de los mayores mercados de Cataluña, siguiendo una tradición del siglo X. Además, de ser uno de los mejores lugares de butifarras y embutidos.
Atravesando las montañas de Collsacabra se llega a Tavertet, cuya belleza radica en su localización en lo alto de una montaña y sus vistas al pantano de Sau. Cerca se encuentra Rupit, una población medieval en muy buen estado de conservación.
Después se puede visitar Ripoll, una ciudad en cuyo casco histórico se encuentra el monasterio de Santa María, del siglo XI. A media hora se encuentra el Santuario de Montgrony, desde cuya altura se observa la montaña del Pedraforca, parte del Pirineo Catalán. Este monasterio ofrece hospedaje, aunque también se pueden hospedar en los pueblos cercanos de Gombrén o Castellar de n’Hug.
Merece la pena visitar la ciudad de Cardona, otra ciudad medieval donde sorprende su castillo en lo alto de la montaña y su gran parador. Cerca se encuentra Manresa, donde se puede visitar la Basílica Colegiata de Santa María. Seguido de esto, se puede visitar la última ciudad, Marganell.
Desde allí se vuelve a Barcelona, donde se podrán visitar el resto de monumentos que no se hayan hecho durante la primera estancia, sin dejar de visitar la Sagrada Familia, el Parque Güell o la Casa Batlló entre otras.
Para hacer circuitos de este tipo, se recomienda alojarse en distintas ciudades para que así durante el viaje no se tenga que volver atrás por la noche.