La levadura son diversos tipos de hongos que generalmente son microscópicos y unicelulares. Estos microorganismos son capaces de iniciar procesos de fermentación al descomponer diversas sustancias orgánicas, sobre todo azúcar y carbohidratos. Existen levaduras de distintos tipos, y la fermentación es el proceso que usan estos seres vivos para conseguir energía.
La levadura ha sido empleada ampliamente desde la antigüedad por los seres humanos en diversos procesos, como para elaborar pan, preparar bebidas alcohólicas como cervezas y vinos o en la producción de sustancias para usos médicos y farmacéuticos.
Tipos de Levadura que se Comercializan
En el área comercial, sobre todo en el mercado panadero, se usan cuatro tipos de levadura:
- La levadura prensada o levadura fresca: debe ser refrigerada para su conservación y se comercializa en pasta. Antes de usarla debe ser diluida en agua.
- La levadura seca o en polvo: se puede añadir directamente sobre la masa para elaborar pan; es muy cotizada pues dura más tiempo que levadura fresca.
- La levadura natural o llamada masa madre: se debe dejar reposar en un poco de masa de pan antes de añadirla a la preparación de productos.
- La levadura química: aunque no es realmente una levadura, son productos como el bicarbonato de sodio y el polvo de hornear que logran el mismo efecto de las levaduras.
Lo que Necesitas para Reproducir Levadura
- Un frasco de vidrio grande; es más fácil de limpiar y tiene mejor visibilidad.
- Una tapa, un paño de cocina o toalla de papel.
- Harina.
- Agua.
Cómo Reproducir Levadura desde una Masa Madre
Elige un frasco grande y limpio; el tamaño ideal de capacidad debería ser mínimo dos litros, porque la levadura crecerá muy rápido. Aunque el envase puede ser de otro material, el vidrio es más fácil de limpiar y te permite una mejor observación del producto.
Vierte en el frasco – previamente esterilizado con agua hirviendo – media taza (120 ml) de agua potable que no contenga cloro; si el agua tiene cloro, déjala reposar 24 horas antes de usarla. No se recomienda usar agua destilada.
Incorpora al frasco poco a poco ¾ de taza (180 ml) de harina blanca todo uso, revuelve con fuerza para añadir aire a la mezcla.
Cubre el frasco con el paño limpio o la toalla de papel y sujétalo con una liga o cinta elástica. Si usas una tapa hermética, no la cierres completamente, pues la levadura produce gases que pueden romper la tapa o el frasco; además, es necesario el oxígeno para un buen desarrollo de la levadura.
Pon el frasco a reposar dos días en un lugar cálido, aproximadamente a 21 grados, para estimular el crecimiento de la levadura. Si es época de frío, puedes colocarlo cerca de la estufa, pero no tanto que se cocine y muera la levadura.
Luego de los dos días
Se observa en la masa un aspecto espumoso y un olor a fermento, de no ser así no te preocupes, algunas veces requiere de un poco más de tiempo.
Añade nuevamente y poco a poco media taza de agua y ¾ de taza de harina, ambas del mismo tipo usado al principio; esto será el alimento de la levadura. Cubre y deja reposar por 24 horas más.
Diariamente deberás retirar y reemplazar parte del cultivo con agua y harina nueva. Deja en el frasco al menos una taza del producto que va fermentando. La cantidad de agua y harina que debes añadir a diario no debe superar el triple del tamaño del producto que debe quedar en el frasco. Luego de un mes podrás utilizarla efectivamente.