Mantener nuestro hogar limpio no solo es una muestra de salubridad, también de bienestar. Lo cierto es que, aunque muchas veces somos conscientes de ello, no siempre tenemos facilidades a la hora de llevar a cabo dicha limpieza con cierta regularidad y esto puede modificar nuestra calidad de comodidad en nuestra casa. De hecho, mantener nuestro hogar limpio es un objetivo que a menudo se puede ver enormemente modificado en función de las particularidades del interior de nuestra casa: el número de personas, sus edades, sus obligaciones diarias. No obstante, es importante saber que existen pequeños trucos que podemos aplicar para conseguir un hogar impecable y también herramientas que, como las aspiradoras sin bolsa, nos facilitan el proceso.
¿Por qué es tan difícil mantener nuestro hogar limpio?
La llegada de un nuevo ser a la familia, compartir piso con nuevas personas o una agenda muy apretada son situaciones muy habituales en la vida que, con frecuencia dejan huella también en el interior de sus hogares. Esto significa que cuestiones como la limpieza y el cuidado del hogar pueden verse ligeramente condicionados. No obstante, estos nuevos escenarios tienen solución en lo que a la limpieza de la vivienda se refiere.
Recomendaciones para tu hogar esté impecable por más tiempo
Si vivimos algunas de las situaciones anteriores, podemos poner en práctica algunos de los siguientes consejos, que nos permitirán que nuestro hogar no se vea afectado por ellas:
- Disponer de herramientas eficaces: uno de los aspectos más desmotivadores que podemos encontrarnos a la hora de limpiar nuestro hogar es ver que, a los pocos minutos, vuelve a haber polvo o suciedad. Esto puede deberse a la falta de herramientas, especialmente electrodomésticos, que nos permiten conseguir un acabado perfecto. Buen ejemplo de ello es por ejemplo la aspiradora: una buena aspiradora nos solo eliminará la suciedad superficial, sino que conseguirá aspirar aquella que se encuentra en los recovecos más escondidos e incluso en el interior de los tejidos, por ejemplo, de nuestro sofá o alfombras.
- Organización y reparto de tareas: cuando convivimos con más personas es frecuente que nuestros horarios no coincidan. No obstante, este hecho no debería impedir que nuestro hogar se encuentre limpio. Para ello, existe un truco muy elemental pero muy eficaz: un cuadrante en el que incluir las distintas tareas semanales y su reparto. De este modo, cada persona podrá limpiar en sus ratos libres, sin condicionar el buen estado de la vivienda. Además, fomentará un reparto equitativo de dichas tareas, lo cual fortalecerá la convivencia.
- La limpieza como tarea desestresante: aunque por lo general hacer la limpieza no es una tarea que suela agradarnos, lo cierto es que se trata de una acción que puede resultarnos muy positiva. Es cuestión de proponérnoslo. El momento de la limpieza puede ser un momento de desconexión, de huida de nuestras obligaciones relativas al trabajo o estudios. Es también un momento ideal para movernos y que es perfectamente combinable con actividades tan placenteras como escuchar música o disfrutar de la radio. De este modo, la limpieza no será una tarea que haremos de prisa y corriendo, sino dedicándole el tiempo que se merece.