De acuerdo al VIII Informe de la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (Cesgar), en 2018 en España nacieron 55.000 pymes más que el año anterior, y esto viene dado porque hay ánimo entre los pequeños empresarios de echar a andar sus ideas de negocio al ver que se va quedando atrás el fantasma de la crisis.
Este año inició con gran expectativa de crecimiento en el sector, teniendo en cuenta que el 2018 fue un gran año para la financiación de startups, de hecho se habló que las pymes de creación reciente recibieron más de 1.200 millones de euros, lo que representa un crecimiento de 45% en comparación con 2017.
Hay muchos ejemplos de pequeñas y medianas empresas que no paran de crecer y que no necesitan años para lograrlo. Podemos mencionar el caso destacado de la firma Koomori, creada este mismo año y que desde ya viene experimentando un crecimiento sostenido. Se trata de una agencia especializada en diseño web y posicionamiento SEO que en poco tiempo ya se ha ganado reconocimiento y prestigio en el sector.
Al ser una empresa dedicada al marketing digital, obviamente es un elemento que manejan muy bien ante el público, de hecho su portal web impresiona por su sencillez, pero a la vez riqueza en contenido visual y en mensajes directos que captan la atención. Éste es un punto de partida que viene acompañado de un trabajo hecho por profesionales cualificados que han entendido la necesidad imperante que toda empresa tiene de contar con un soporte personalizado y de calidad en diseño web y programación y apuntan a la excelencia.
Te has decidido, ¿y ahora?
Es muy importante iniciar con buen pie el emprendimiento que se ha proyectado, por lo que la principal recomendación es informarse muy bien sobre los aspectos legales que se deben cumplir.
Lo primero que se debe hacer es elegir la forma jurídica, esto dependerá de algunos factores entre éstos el alcance del proyecto, la naturaleza de la actividad, el número de socios y la responsabilidad legal que se va a asumir. En el caso de no haber socios se puede crear una sociedad limitada unipersonal (SLU), si es con socios está la posibilidad de fundar una sociedad de responsabilidad limitada (SL).
Una vez definida la forma jurídica, lo que procede para la formación de nuevas pymes es solicitar la certificación negativa del nombre en el Registro Civil Mercantil, bien sea en la sede o de manera online. Este documento es el que certifica que no existe otra sociedad activa con el mismo nombre.
El paso siguiente es redactar los estatutos sociales, que regularán los roles de los socios y la forma en la que se administrará la sociedad, para después gestionar la apertura de una cuenta bancaria a nombre de la empresa, en la que se deberá depositar el capital social. Si se trata de una SL, la ley exige como importe mínimo 3.000 euros.
Los trámites prioritarios que siguen son solicitar el número de identificación fiscal ante el agente tributario; proceder a la firma ante el notario público; la inscripción de la empresa ante el Registro Mercantil; gestionar el alta en el Impuesto sobre Actividades Económicas en la Agencia Tributaria; el registro de patentes y marcas y la obtención del certificado electrónico.
Es posible, según el tipo de actividad empresarial que se vaya a emprender, que se deba de gestionar, además, una licencia municipal de apertura, con la que se acredita que la empresa, bien sea una oficina, industria o comercio, cumple con la normativa establecida.
Las tareas para crecer y ser productivos
No se trata sólo de crear formalmente la pyme y “estar por estar”. Crecer, ser productivos y mantenerse es un asunto de constancia y son varias las acciones que permanentemente se deben analizar para establecer fortalezas y debilidades, corregir y seguir adelante. Algunos de los aspectos en los que se debe trabajar constantemente son:
- Definición de objetivos: una tarea que debe ser periódica; es definir los objetivos a corto, mediano y largo plazo, los cuales deben comunicarse a los empleados y juntos analizar la situación real de los proyectos trazados.
- Capacitación del personal: una de las maneras adecuadas de aumentar la productividad es apostar a la constante formación de la plantilla. Talleres de marketing digital, herramientas informáticas, idioma, coaching, entre otros, son importantes inversiones.
- Revisión de las herramientas tecnológicas: estar a la vanguardia tecnológica, más que un gasto, es una inversión, ya que son herramientas que contribuyen a planificar mejor las tareas y reducir los tiempos.
- Inclusión del equipo en toma de decisiones: es importante en toda pyme y empresa en general que se fomente un buen ambiente de trabajo y esto pasa por la existencia de la motivación entre el personal. Una acción que siempre es beneficiosa es involucrar a todos los miembros del equipo de trabajo en la toma de decisiones, así como potenciar sus talentos y celebrar los éxitos.
- Determinar los momentos de mayor rendimiento: una acción muy oportuna que se debe realizar es detectar qué días, horas, semanas o meses del año son los de mayor productividad para la pyme, esto permitirá hacer una planificación más eficaz de las tareas y los tiempos de descanso.
- Mantener buena organización y efectiva comunicación internas: es importante que exista un buen clima organizacional, que se establezcan con claridad los parámetros de las relaciones que se den entre los departamentos y los diversos actores de la empresa. A la par, deben fijarse canales ágiles y efectivos de comunicación interna que van desde el intranet, boletines semanales, videoconferencias entre sedes remotas, buzón de sugerencias, entre otras estrategias.