La historia de España está relacionada intrínsecamente con la producción y calidad de los mejores jamones del mundo. Entre los productos que mejor representan la gastronomía española a nivel internacional destaca el Jamón Ibérico de Los Pedroches, el cual es demandado por la calidad de este tipo de jamón de bellota 100% ibérico.
¿Qué es el jamón ibérico?
Lo que en la actualidad conocemos como jamón ibérico tiene su origen en el período del Imperio Romano. Investigaciones han revelado que durante el gobierno del emperador Diocleciano, España ya exportaba jamón que consumían las clases pudientes de la sociedad del imperio.
Sabemos que el jamón nace como un método utilizado por nuestros antepasados con el objetivo de conservar la carne por un largo período de tiempo. De esta manera, a partir del año de 1960, el jamón que se produce en la península Ibérica recibe especial atención por su sistema de elaboración y producción. No obstante, el jamón ibérico destaca entre los demás ejemplares de su tipo por su exquisito sabor y su aroma inigualable.
Lo que hace del jamón ibérico un alimento tan exclusivo se debe a que la carne proviene de cerdos de pura raza ibérica autóctonos.
Esta raza de cerdo, propia de la península ibérica, se diferencia del resto de la especie porcina porque la grasa incrustada en su musculatura convierte la carne en una de las más jugosas que hay. Además, su crianza se produce en la dehesa: ecosistema natural del sur de la península.
Asimismo, sus patas suelen ser altas y estilizadas, así como, debido al cruce entre los cerdos domésticos (que trajeron los fenicios a la península en el siglo IX) y los jabalíes, el cerdo de raza pura ibérica posee las populares patas negras.
Beneficios de consumir jamón ibérico
El tradicional jamón ibérico es, sin duda, una prueba real de que un alimento tan sabroso y único puede ser también una fuente de nutrientes.
Aporta cantidades saludables de ácido oleico
El jamón ibérico es recomendado por los especialistas de la salud, debido a que posee 55% de ácido oleico. Este ácido graso monoinsaturado es ideal para mejorar el sistema cardiovascular. Por ello, con una pequeña porción, el jamón ibérico contribuye a disminuir los niveles de tensión arterial y de colesterol malo, a la vez, que incrementa el colesterol bueno. Además, debemos recordar que la grasa de este tipo de jamón es tan saludable como la del aceite de oliva.
Rico en antioxidantes
El jamón ibérico contiene vitamina E, el cual actúa como un antioxidante natural. Por esta razón, la vitamina E fortalece el sistema inmunitario, que protege al organismo de virus y enfermedades. Esta vitamina liposoluble también contribuye al correcto funcionamiento de la visión, el sistema circulatorio y el sistema reproductivo.
Fuente de energía
En el jamón ibérico podemos encontrar vitaminas del grupo B, en especial, B1 y B2. Este grupo de micronutrientes es fundamental para procesar la energía que aportan otros alimentos en forma de hidratos de carbono. La falta de vitaminas B produce enfermedades como la anemia.
Las vitaminas del grupo B son imprescindibles para nuestro organismo, ya que también mejora la absorción de proteínas; estimula el metabolismo del oxígeno; elimina toxinas y contribuye al crecimiento y reproducción de las células del organismo.
Contiene hierro
La proporción de hierro que el jamón ibérico es el ideal para el crecimiento y sano desarrollo del organismo. Además, dentro de sus funciones se encuentra la fabricación de hemoglobina y mioglobina, capaces de transportar oxígeno diversas partes del cuerpo.
Otros nutrientes
De igual importancia, es el calcio que contiene este tipo de jamón, con el cual se conversan los huesos y dientes, así como los músculos, nervios y el corazón. Por otra parte, con una ingesta diaria modesta podemos disfrutar de otros nutrientes tan necesarios como el magnesio, el zinc o el fósforo.