Los sistemas eléctricos nos abastecen de energía, pero también tienen un margen de peligro. Uno de los riesgos más notables es una sobretensión, la cual puede acarrear daños en los equipos. Este problema, además, puede tener cierta gravedad si la sobretensión acontece mientras hay gente operando los circuitos eléctricos. Esto se incrementa en lugares como Europa, donde el voltaje de uso común es de 220 V.
Una medida de seguridad es la implementación de una correcta puesta a tierra. Se requiere para amortiguar una sobretensión. La intención es transferir la descarga eléctrica a tierra, evitando que se acumule sobre circuitos, aparatos o personas. Para llevar a cabo este proceso, se usa un cable de muy baja resistencia y un electrodo instalado en el suelo. Otra ventaja es que permite detectar conexiones no deseadas (que generan la sobrecarga). Es así como los sistemas de puesta a tierra son indispensables.
¿Cuáles son las ventajas de una puesta a tierra?
En todo hogar debe considerarse la puesta a tierra. En el escenario doméstico hay varios circuitos y aparatos eléctricos de alto consumo. A su vez, nunca se puede descargar alguna sobrecarga por cualquier motivo: exceso de aparatos, falla en el envío de carga, el efecto de un rayo, etc. En tal sentido, la seguridad de una puesta a tierra se expresa en lo siguiente:
- Es de seguridad para los habitantes de la vivienda, ya que evita una descarga con accidente fatal.
- Previene daños contra equipos, electrodomésticos y aparatos que al estar conectados a la red eléctrica son susceptibles a las sobrecargas.
- Permite detectar conexiones ilegales, pues el electrodo de puesta a tierra da un aviso en tales casos.
- Ayuda a atenuar ciertos armónicos en la electricidad.
No usar puesta a tierra conlleva a problemas periódicos en la instalación. Algunas sobrecargas no causan daños inmediatos, pero van deteriorando los equipos del hogar poco a poco. Por lo tanto, usar esta protección alarga la vida de muchos dispositivos.
Materiales para hacer una puesta a tierra
Se necesitan materiales de baja resistencia, ya que de esa manera la sobrecarga fluye hacia esos materiales. En general, un sistema de puesta de tierra debe tener como principio menor resistencia que el circuito o conjuntos de circuitos que protege. Por eso, lo primero que necesita es de un cable de baja resistencia y de un electrodo a donde desemboca ese cable. A su vez, es necesario que el electrodo se ubique en un “pozo a tierra”.
Para construir este pozo, se recomienda usar cemento conductivo. Es perfecto para minimizar la resistencia eléctrica, permitiendo trabajar con varillas; tanto en un sistema vertical o en horizontal. Su misión es doble: proteger las barras del electrodo, pero también permitir el paso de la sobrecarga.
El problema de la puesta a tierra es la humedad. Las varillas del electrodo se oxidan en el suelo, siendo necesario un recubrimiento de concreto. Pero el concreto tradicional tiene alta resistencia a la corriente, siendo necesario un concreto especial.
Otras opciones para disminuir la resistencia
Una opción interesante es el gel conductivo, el cual se aplica sobre materiales de alta resistencia. Su misión es minimizar esa resistencia a la corriente eléctrica. Esto se logra con una superficie capaz de transmitir electricidad, logrando así que se cumpla la función de una puesta en tierra. Sin embargo, el detalle de un gel conductivo es que tiene mucha menos duración que un cemento diseñado para la conducción de corriente. No obstante, es una solución rápida y económica.
¿Qué hacer en caso de descarga por un rayo?
Lo ideal es contar con un pararrayos Franklin. Tiene una punta captadora tetrapuntal, que tiene la ventaja de efectuar una ionización de manera natural. Su instalación cumple con la misión de traer al rayo. Además, protege perfectamente contra un sobrevoltaje o impacto. No hay que olvidar que los rayos generan un campo magnético en su derredor, el cual puede causar inconvenientes en los circuitos eléctricos.
Como vemos, hay varias herramientas para dar seguridad en la instalación de corriente de nuestros hogares. Es una inversión que vale la pena realizar, pues la seguridad nunca está de más. Asimismo, con estas estrategias de seguridad no sólo se prolonga la vida útil del equipamiento eléctrico; sino que se prevé en accidentes que pueden ser fatales. De hecho, la normativa de seguridad eléctrica en el hogar exige la utilización tanto del sistema de puesta a tierra como de un pararrayos.