GINEBRA (AFP) – Los votantes suizos rechazaron el domingo un plan para imponer las reglas de responsabilidad corporativa más estrictas del mundo el domingo, lo que haría a las multinacionales con sede en el país responsables de prácticas comerciales abusivas en todo el mundo.
La propuesta habría cambiado la constitución suiza y obligado a estas empresas a asegurarse de que ellas y sus proveedores respetan estrictas normas de protección del medio ambiente y los derechos humanos.
La iniciativa fue lanzada por una alianza de 130 organizaciones no gubernamentales como parte del sistema suizo de democracia directa y fue apoyada por sindicatos y grupos religiosos.
Pero los votantes de la mayoría de los cantones suizos rechazaron la iniciativa, según las encuestas.
La iniciativa fue impugnada tanto por el gobierno como por el parlamento, que advirtió que aunque su intención era buena, la legislación propuesta iba “demasiado lejos”.
El rechazo de los votantes activó automáticamente la contrapropuesta del gobierno, que también requiere que las empresas informen sobre derechos, protección ambiental y cuestiones de corrupción, pero sin ser responsabilizadas por violaciones.
Los partidarios de la iniciativa rechazada cubrieron los pueblos y ciudades suizos con carteles que destacaban la degradación ambiental y el sufrimiento humano causado por las empresas suizas.
Los activistas también destacaron cómo el gigante de los agroquímicos Syngenta sigue vendiendo pesticidas prohibidos en Suiza durante mucho tiempo en los países en desarrollo, y deploraron la contaminación por partículas pequeñas lanzadas desde una fábrica de cemento propiedad de LafargeHolcim en Nigeria.
Las multinacionales son importantes impulsores de la economía suiza, que a finales de 2018 contaba con unas 29.000 empresas, lo que representa más de una cuarta parte de todos los puestos de trabajo del país, según estadísticas oficiales.
La comunidad empresarial suiza, junto con el gobierno y el parlamento, ha argumentado que las enmiendas constitucionales propuestas pueden haber sido perjudiciales para todas las empresas suizas, no solo para aquellas que se portan mal.
Las empresas y las organizaciones de empleadores han expresado especial preocupación por una disposición que habría responsabilizado a las empresas con sede en Suiza de los abusos cometidos por las filiales, a menos que puedan demostrar que han actuado con la debida diligencia.
Si bien los partidarios de la iniciativa rechazada reconocen que la mayoría de las empresas respetan los derechos y las protecciones ambientales, insistieron en que las medidas voluntarias no eran suficientes para arriesgar el resto.