Iniciar un negocio en el área de la comercialización de alimentos puede llegar a ser una tarea ardua. Trámites, documentación, búsqueda del local, entre muchas otras gestiones que deben hacerse, suponen un proceso para el cual hay que tener mucha paciencia.
Quizás, este largo camino pueda desanimar. Sin embargo, hay que ser perseverantes, porque un emprendimiento de este tipo, bien desarrollado, siempre es un acierto, ya que es bastante rentable; precisamente por esto, el sector ha experimentado un gran crecimiento.
Abrir una tienda de alimentación requiere muchos elementos de distintos ámbitos, pero indudablemente, lo más importante es todo lo relacionado con el área legal, ya que sin eso el negocio no puede funcionar. Es una recomendación, buscar la asesoría y el apoyo necesarios, para cumplir todos estos procesos de manera satisfactoria.
Requisitos fundamentales para operar
Bien sea una tienda pequeña, ubicada en un barrio, o un supermercado de gran superficie, es una responsabilidad el hecho de que se estén vendiendo productos alimenticios, y éstos deben tener un control exhaustivo, en favor de la seguridad de los clientes.
Es fundamental contar con la licencia medioambiental otorgada por la corporación municipal, así como también con el plan de autocontrol sanitario que se debe presentar, en el que se explica la manera cómo se realizará el control de los alimentos y su buen estado, así como todo lo relacionado con los procesos mediante los que trabajará el personal que se contrate en el negocio.
De igual forma, hay que tramitar una licencia para una tienda de alimentación, específicamente la licencia de actividad de supermercado, es decir, negocios en los que se vendan productos alimenticios destinados al consumo humano, de animales domésticos, y artículos para la higiene personal y doméstica.
Aspectos a tener en cuenta
Para obtener la licencia de supermercados, es importante tener en cuenta algunos trámites y procesos que se deben realizar. En primera instancia, hay que determinar la cantidad de especialidades, en cuanto a productos que se ofrecerán, esto tiene estrecha relación con las dimensiones del local y que haya cierta compatibilidad entre las categorías.
Entre las especialidades, podemos mencionar, productos lácteos, congelados, alimentos diversos, bebidas, dietéticos, charcutería, carnicería, frutas y hortalizas, pescados y mariscos, pesca salada, panadería y repostería, entre otras.
Igualmente, hay que tramitar el certificado urbanístico, toda vez que es un requisito vital para obtener la licencia de supermercados, que el local y la actividad a desarrollar sean compatibles con el entorno urbanístico en el que se encuentra. Es indispensable en esta fase, recopilar la documentación necesaria y hacer la debida solicitud ante el ayuntamiento.
También hay que tener vigente el documento que certifica, que las instalaciones cumplen con la normativa vigente en cuanto a instalaciones eléctricas, fontanería, climatización y gas. De no cumplir con estos parámetros obligatorios, habrá que realizar un estudio para la implantación de lo que sea necesario. Igualmente, hay que revisar que se cumpla la normativa contra incendios, así como las pautas para ofrecer la correcta accesibilidad.
En el caso de que el local se tenga que rehabilitar para ajustarlo a la nueva actividad comercial, es imprescindible contar con un proyecto de obra, cuya redacción debe incluir memorias descriptiva y consultiva, planos, presupuesto detallado, el estudio básico de seguridad y salud, así como el de gestión de residuos.
Es fundamental, además, revisar todo lo relacionado con los trámites fiscales, como ser solvente para Hacienda, y estar al día con documentos importantes como el contrato de alquiler, en caso de que sea un arrendamiento, o el título de propiedad del local, si es propio.
Una vez cubierta toda la parte legal, o a la par de su tramitación, hay que ocuparse de otras tareas, como la contratación del personal, estrategias de marketing, gestión de calidad, el mercado, la clientela, entre muchas otras.